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Justo cuando estaba por tocar la puerta del departamento, Steve dudó, preguntándose a sí mismo si esto de verdad sería una buena idea. ¿Qué diría cuando Natasha abriera la puerta y lo vería por primera vez desde que ella había anunciado a que quería adoptar a Peter? ¿Qué dirigía cuando ella lo viera cuando, técnicamente, todavía estaba en una misión?

¿Qué iba a decir? Se había preguntado lo mismo cuando había llamado a Tony y le había pedido que se reunieran, y cuando ambos estuvieron sentados en la cafetería, de alguna manera, las palabras le llegaron naturalmente a Steve, dijo todo lo que estaba en su mente, mientras que Tony escuchaba sin mostrar mucho interés mientras que bebía su café. Una vez Steve finalizó, Tony le dijo simplemente: "Deberías hablar con ella."

—Es fácil para ti decirlo. Tú no eres su ex esposo.—Steve bufó.

—Dijiste que quieres intentar tener una buena relación con Nat. A pesar de todo lo que pasó. No puedes hacer eso si te guardas todo lo que sientes y no eres sincero... hasta yo sé eso.—Tony rodó los ojos.

—¿Desde hace cuánto tiempo sabes tanto de relaciones?

—No te quejes, fuiste el que me pidió por mi consejo.

—Pues supongo que tu relación con Pepper de
verdad te ha cambiado...

Steve debía admitir que estaba agradecido de haber podido hablar con Tony. Se sentía bien el haber expresado con alguien todo lo que se había estado guardando en las últimas semanas.

Ahora, tocó la puerta de el departamento de Nat, y varios segundos después escuchó un montón de cerrojos abrirse antes de que la puerta fuera abierta. Natasha lo veía sorprendida, llevaba una pijama con una bata de seda negra encima de sus hombros, y su cabello en una desordenada cola de caballo. A pesar de que eran las dos de la tarde, parecía que recién acababa de despertarse.

Pero aún así, Steve pensó que ella se veía hermosa.

—Oh, cielos... Steve...—Ella se aclaró la garganta.

—Hey, Nat.—Él saludó, sonriéndole de manera incómoda.—Sé que es de mala edificación el venir sin avisar, pero... ¿puedo pasar?

—Yo, uh...—Natasha volteó encima de su hombro, y luego miró a Steve. Le mostró una pequeña sonrisa.—Sí, por supuesto.—Ella se hizo a un lado, y cuando Steve entró al departamento, lo primero que vio fue a Peter sentado en la isla de la cocina, aún en pijama y comiendo un bowl de cereal.

Al mismo tiempo que llevaba una cucharada de cereal hacia su boca, Peter abrió los ojos con sorpresa al ver a Steve, quien sin saber cómo sentirse, simplemente le sonrió y saludó con la mano.

—Hola. Peter, ¿cierto?

Notó que Natasha aguantaba una risa mientras que las mejillas de Peter se sonrojaban, mostrándose tímido.

—Petey, ¿te acuerdas de Steve?—Nat preguntó.

—Eh... sí... hola, señor Capitán América.—Peter saludó, notablemente nervioso. Luego, se levantó y fue a su habitación, para luego volver sosteniendo una pequeña réplica de plástico de el escudo de Steve.—Uh, ¿podría...?—Preguntó bajando la mirada apenado, con las mejillas rosadas.

Nat rió entre dientes. Steve no se sorprendió, esbozó una pequeña sonrisa. A ese punto estaba más que acostumbrado a que le pidieran que autografiara su propia mercancía.

—Por supuesto. ¿Quieres que lo firme como Steve Rogers o Capitán América?

—Como el Capitán, por favor. Así combinará con el resto.

Steve no supo qué era lo que Peter quería decir con eso, pero no dibujo nada y cuando Nat le dio un bolígrafo se encargó de autografiar el escudo de Peter, terminando su firma con un pequeño dibujo de una estrella. Peter miró el escudo de juguete, muy emocionado y con una enorme sonrisa.

—¡Muchas gracias, señor Capitán!

—Peter, puedes llamarme...—Antes de que Steve pudiera terminar, Peter corrió de vuelta a su habitación. Nat le indicó que la siguiera, y ambos fueron a la habitación de Peter, en donde él puso encima de una cómoda el escudo de juguete, junto con un montón de más mercancía de los Avengers la cual, también, estaba autografiada.

—Él empezó su propia colección de autógrafos. Ventajas de haber sido adoptado por Black Widow, supongo.—Nat le dijo a Steve con una pequeña sonrisa. Encima de la cómoda también estaban dos cascos hechos de plástico, uno como el de la armadura de Tony y el otro como el de la armadura de Rhodes, y un arco de juguete el cual era una réplica de el de Clint, una máscara con forma de la expresión enojada de Hulk junto con un par de guantes en forma de puños verdes, un Mjolnir de plástico, y unas mordeduras de viuda falsas junto con unos batones y un cinturón con el símbolo en forma de reloj de arena de Natasha. Steve también notó un par de visores idénticos a los que Sam usaba como Falcon, y un largo brazo de plástico gris que era idéntico a la prótesis de Bucky. Steve supuso que se debía usar como un guante. A excepción de las piezas de mercancía de Falcon y el Soldado del Invierno, todo estaba autografiado.—Solo falta que Sam y Bucky vuelvan de su misión para que ellos puedan autografiar lo que falta. ¿Has tenido noticias de ellos?

—Bucky me llamó la semana pasada. Dijo que él y Sam están muy profundo en cubierto, así que creo que tomará que permanecerán el la misión antes de volver.—Steve respondió. Luego miró a Peter, quien miraba con los ojos brillando de orgullo su colección de mercancía autografiada.–Es impresionante que tengas todo esto, Peter.

—Los otros Avengers fueron muy amables de aceptar  a autografiarme todo esto.—Peter dijo, sonriendo.

—El que tengas todo esto te hace el niño más suertudo en todo Queens. Mejor dicho, en toda Nueva York.—Nat dijo, y puso su mano en la cabeza de Peter para luego revolver su corto cabello. Peter rió. A Steve esa escena le pareció un poco rara de ver, a Nat mostrándose tan cálida y maternal con un niño.

—Hey, Nat...—Steve se aclaró la garganta.—Si tienes tiempo... me gustaría hablar contigo... en privado.

Natasha se mostró sorprendida al escuchar esto, miró a Peter, quien había vuelvo a apreciar su colección. Aquel departamento en el que estaban era muy pequeño y las paredes parecían delgadas, así que Steve dudaba que iban a poder tener una conversación con Peter en el departamento sin que los escuchara.

—Hoy no tengo tiempo. Tengo varias cosas que hacer, y tendría que ver con quién dejar a Peter. ¿Tal vez mañana?

—S-Sí, de acuerdo. Tú llámame.

—Lo haré si logras contestar el teléfono, abuelo.—Nat rió entre dientes, y Steve sintió sus mejillas sonrojarse ligeramente. Le sonrió a la pelirroja.

—Me pondré a practicar cómo hacerlo, entonces.

Natasha volvió a reír, y ambos se vieron entre sí con sonrisas. Aquello se sintió bien, el durante unos segundos sentir que toda la incomodidad y tensión entre los dos había desaparecido.

—... ¿Ustedes dos van a besarse?

Ambos se estremecieron en cuanto de repente se acordaron de la presencia de el niño. Steve sintió su sonrojo aumentar, y vio que el rostro de Nat también se ponía rojo.

—¡P-Peter!

—¿Qué? Solo preguntaba.

Natasha bufó. Ella y Steve salieron de la habitación de Peter y volvieron a la cocina.

—¿Quieres algo de beber?

—No gracias. Lo siento, pero creo que ya debo irme, antes de que Fury se entere de que volví sin avisarle y se ponga... bueno...

—... ¿Furioso?

Steve no pudo evitar reír. Él sintió algo dentro de su pecho, algo que todavía estaba vivo: el amor que sentía por ésta mujer.

Natasha lo acompañó hasta la puerta en donde se dieron un pequeño, pero un tanto incómodo abrazo, y él se fue de el departamento, sintiéndose aliviado de que la incomodidad entre él y Natasha ya estuviera empezando a desvanecerse.

Son of the Widow [#1] (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora