"¿Esto está pasando de verdad?"
Pensó el pelinegro cuando sue cuello se encontraba siendo apresado por los labios del menor.
- JiMin -. Una voz inaudible y ahogada salió del mayor, otra vez -.
- Yoon -. Rió -. Estas muy tenso, creo que es momento -.
Le veía agitado, JiMin estaba rojo e incluso sus manos lucían así, sus ojos brillaban tanto como el sol, le miraban con una emoción sin nombre.
Cuando más lo pensó, de un momento a otro, era un escena perfecta para una pintura renacentista, esplicito, curvilineo, simetrico, perfecto. Un momento que debía estar seguro de que se iba clavar en su memoria.
- Ah . . . -. Le miró de nuevo, el menor se movía rapidamente de adelnate hacia atras -.
Cada mano se aferra a lo que encuentra, una a la cintura, otra a la sabana, tal vez al cabello, a lo mejor en una pierna.
Existe el roze constante, risitas nerviosas, calidez, jugueteos y travesuras.
Este tipo de cosas, para hacer honestos, eran inimaginables para ellos, lo sentían tan lejano que pensaban que eso era de "otro tipo de gente".
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- ¡Te agarré con las manos entre la masa! -. Exclamó el pelirosa, muriendo de risa por que YoonGi se le había hecho chiclosa la masa y no podía despegarsela -.
- No no yo . . . -. El parecía condundido, no le cuadraba nada, había seguido los pasos uno por uno con mucha paciencia.
- Tranquilo, solo es el comienzo -. Acarició la españda del contrario -. Con el tiempo mejorarás -.
Yoon accedió a tomar las super clases de reposteria que le ofrecía JiMin, por más en pánico que entrara por la fija mirada de JiMin, sentía que todo lo estaba haciendo mal.
Pero aun así daba lo mejor de si mismo para hacer esos famosos panecitos en forma de conejo rellenos de crema pastelera, que eran los favoritos de JiMin, ya que tienen forma de su animal favorito.
