Samuel:
– Samuel, dijiste que no te harías más de esas cosas
– Lo dije? Bueno sí, pero al parecer alguien no quiere ponérselo, así que me toca a mi ponerme esto
– Nadie te está obligando...
– Sabes que debe ser asi, no? Además de que debo hacerlo
– Pero... Le tengo miedo, está muy grande y se ve que duele
– No está grande, para grandes otras cosas
– Samuel!!!
Ya habían pasado 5 meses desde que Guillermo ya sabía toda la verdad, me perdonó después de 2 meses en los que estuve batallando para que me perdonará y que me volviera a hablar.
Pero ahora aquí estábamos, aún no éramos de nuevo una pareja formal solo salíamos juntos e íbamos al trabajo juntos, pero todavía no he tenido las agallas de decirle que de nuevo sea mi pareja.
Miré el tatuaje que estaban terminando y que sólo me estaban poniendo lo último, se supone que tendría que llevar este tatuaje él pero como le tiene miedo no tuve de otra más que ponerme yo su tatuaje.
Es parecido al que yo tengo, solo que en el caso de las "mujeres" se pone diferente al del hombre y en este caso Guillermo le había tocado el de la mujer.
– Listo, ya está Señor
– Gracias Alfredo, nos vemos luego
Tomé mi chamarra y me levanté, tomé la mano de Guillermo saliendo del establecimiento.
Mis mangas estaban arremangadas por lo que la gente me miraba mucho y más algunas personas que me miraban con miedo. Era obvio muchos reconocían los tatuajes de mi brazo y me gustaba la idea de que por solo verlos huyan de mí.
Pero al parecer a Guillermo no le agarraba tanto la idea, cuando bajo mis mangas tapando así estos.
– Qué pasa?
– No me gusta que nos vean así
– Guille, déjalos además no te debes preocupa tanto a mi me gusta que me tengan miedo
– A tí, pero a mí no me gusta que las personas que conozcan eso, tengan miedo de nosotros
– Guillermo, debes adaptarte a esto ya habíamos hablando de todo lo que estaría pasando ya formando parte
– Ya sé, pero simplemente no puedo fingir que no pasa nada y que estamos aquí como si nada
Siempre pasaba lo mismos, cada que salíamos a pasear resultaba que al final siempre sacaba el tema de pertenecer en la mafia y cómo siempre me siento culpable de nuevo.
Me puse mi chamarra y saqué un cigarro, miré a Guillermo que estaba dentro de la cafetería comprando al parecer pedazos de pasteles.
Encendí mi cigarro, soltando el humo metí una mano a mi bolsillo y sentí una pequeña caja, al sacarla lo tome con las dos manos.
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Descubre Tus Secretos
Teen FictionGuillermo acaba de cumplir 18 años y ya estaba buscando una universidad privada, no le fue difícil encontrar buenas ofertas ya que por sus calificaciones tan excelentes le ofrecían becas de hasta el 75% Para cuando Guillermo les dijo a sus padres...