🚬Capítulo 47💀

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Samuel:

El ver a Guillermo después de tanto tiempo, hizo que me sintiera como una mierda comparado con él, si solo me hubiera esperado posiblemente en estos momentos estaríamos casados, con una familia y viviendo felizmente.

Pero a veces agradecía que no estuviera conmigo, de ser así no sabría si en este punto de la vida, aún seguiría a mi lado con vida.

La vida de mafioso es más pesado de lo que imaginé, ser el jefe conlleva tanta responsabilidad y sobretodo tanta sangre que cada que regresaba a casa me quitaba la ropa y la cambiaba por otra para que mis hijos no me vieran con sangre.

Cuando subimos al auto fuimos rumbo a la farmacia a comprar el medicamento para mi hijo, odiaba haberme casado con Julieta, pero amaba a mis hijos y eran lo mejor de mi vida.

Julieta me engaño hace unos meses, para ser exactos me engaño y justo salió embarazada, Azucena no es mi hija de sangre pero aún así aunque no fuera de sangre ella era mi hija y siempre sería así.

Bajé y compré el medicamento, regresando con algunas cajas y vitaminas que eran de gomitas. Al subir al auto arranque rumbo a la casa.

Mi vida no era la mejor en estos momentos, tenía problemas con Julieta al parecer empezó a juntarse con el hijo de otra mafia y se volvieron tan unidos que ahora se la pasa con el, drogándose y sabrá Dios que otras cosas harán.

Odio dejar a mis hijos cuando tengo que ir a trabajar y más cuando ella está en casa, por lo general regaña a Israel y a Azucena ni siquiera le hace caso, hace unos días me encontré a mi bebé escondida en un armario.

Mis amas de llaves todas renunciaron, no quería estar al mando de Julieta y la única que queda es Rosalía, la señora que me cocina que considero mi madre.

Al llegar a casa bajamos del auto y al entrar un olor muy fuerte a marihuana llegó a mi nariz, por lo que saque de inmediato a mis hijos. Los subí de nuevo al auto ya arto de esto.

– Cuida a tu hermana, si? Ahora papá viene

Le dije a Israel y camine a casa, al entrar llegué al salón donde estaba Julieta fumando junto a otras personas.

– Que estás haciendo?! Porque haces esto cuando sabes que a esta hora los niños vienen a casa?!? – le grite

Me importaba poco que tuviéramos visita, odiaba esta vida con ella, pero más me odiaba yo por haber aceptado casarme con ella.

– Lárgate de aquí imbécil! – me decía Julieta fumando

– No! Esto ya se acabó!!! Estoy arto de estoooo!! – miré molestos a todos

Pero ni siquiera se inmutaron, me acerque al ventanal abriéndolo y saque de un cajón del salón un arma, si no se iban por las buenas entonces lo harían por las malas.

– Bien, se larga de mi casa o quieren que les ayude a salir? – voltee a verlo ahora recargando el arma

Estaba cansado de ser la niñera de esos estúpidos mal nacidos que siempre estaban en mi casa, estoy cansado simplemente de todo esto.

– Cállate, tú no mandas aquí pedazo de mierda – miré al que hablaba – la que manda aquí es ......

Levanté el arma y disparé directo en su cabeza, interrumpiendo su charla que no tenia ganas de escuchar.

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