Los suplicios de Jonás

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POV. MELIODAS

Me alegraba enormemente haberle dicho a Elizabeth que se sentara, porque cuando le comencé a narrar todo lo que había pasado en el día se puso blanca como una nube, perdió todo el color de su cara y por un momento pensé que se iba a desmayar. Todavía no le había preguntado nada del libro que había traído, no sabía que las hadas tenían una biblioteca, no parecían ser un clan intelectual, en realidad, ni siquiera los humanos eran tan relajados con la vida, creo que eso era consecuencia de vivir por bastantes décadas y no estar involucrados directamente en la guerra.

-¿Me quieres decir que fue la hija de Belialuin la que me encerró en el palacio?-preguntó con nerviosismo

-Sí

-Pensé que la capital de los magos estaba neutra en esta guerra

-Yo también lo pensé, en realidad todos son neutros menos ella, es bastante inteligente para ser una niña

-¿una niña?

-Sí, dicen que aparenta unos diez o doce años

-¿Me quieres decir que una niña me privó de mi libertad?

-Más o menos, en realidad sigue siendo culpa de Ludociel.

-Sí, después de todo es solo una niña, aunque debe tener un poder increíble.-hizo una pausa para continuar -pero, ¿por qué ella le colaboró?.

-No lo sé, sin embargo no creo que haya sido gratis, Ludociel no parece de los que les gusta deber favores

-En definitiva no lo es, pero tenemos un asunto más importante y más urgente

Frunzo el ceño -¿qué quieres decir?

Ella suspira y comienza a contarme cómo iba a haber una batalla que definiría quién quedaba como el líder del clan en esta guerra sin sentido y como ya se le había agotado un día, básicamente estábamos en un conteo regresivo.

-Lo puedo matar antes de la batalla- le propuse

-No.

-No tendrías que pelear con él

-Meliodas no soy una cobarde, además si matas a Ludociel obligatoriamente tendría que dar mi fuerza para la sede del clan y se supone que estamos evitando que suceda eso

-Eres fuerte, pero él...-no completo la frase

-Sí, lo sé, nunca dije que sería sencillo, pero vale la pena intentarlo

Asiento lentamente, si ella lo va a intentar no me queda más que apoyarla

-¿tienes algún plan?-pregunto

-Me alegra que preguntes, antes de venir aquí pasé por las cenizas que algún día fueron mi casa-

-Lo lamento- digo

-Ya deja de disculparte, de todas formas, ese lugar ya había dejado de ser mi hogar antes de que lo incineraras-hizo una pausa-en realidad quería mostrarte algo

Procedió a mostrarme el libro por el cual tenía tanta curiosidad y comenzó a narrarme que había intentado buscar un libro que había encontrado en el tiempo que estuvo en cautiverio, pero claramente no encontró nada, excepto eso. Pero era imposible, nada, literalmente nada podía haber sobrevivido a esa oleada de poder oscuro, ni un ser vivo ni algo material.

-¿Qué piensas?- me pregunta

-Creo que porque lo hayas encontrado no significa que siempre haya estado allí, tal vez alguien lo dejó caer cuando pasaba por ahí, la verdad me parece bastante improbable que haya sobrevivido a mi energía oscura

Si no hubiera guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora