Si no hubiera guerra

Castigo

POV. ELIZABETH

Corrí hasta la puerta, no sé cómo era posible que Mael llamara a eso despedida, tal vez él ya se había despedido de mí, pero yo ni siquiera le dije adiós, estaba anonadada y apenas había salido del shock en el cual me encontraba, tenía que decirle muchas cosas, Mael siempre había estado ahí para mí, sabía que él no era tan ingenuo con toda la situación, simplemente había confiado lo suficiente en mí como para ignorarlo. ¿y qué había pasado?, había terminado perjudicado, un daño colateral de un sueño que posiblemente había sido solo una ilusión, un acto.

Cuando llegué a la puerta intenté abrirla, pero nada pasó, la empuje un poco más fuerte, seguía quieta, por un momento pensé que estaba intentando abrir la puerta equivocada, no era exactamente el tipo de persona que se cercioraba que puerta debía abrir. Pero después de un corto análisis me dí cuenta que era la correcta. Intenté empujarla un poco más fuerte y me percaté que esa puerta no se iba a abrir con fuerza física.

Me alejé un poco y lancé un pequeño ark a la puerta, lo peor que podía pasar es que atravesara varias paredes del castillo y culparía a Ludociel, no es mi culpa que no abra la puerta. Pero mi sorpresa aumentó cuando mi ark desapareció, no explotó, ni redujo su tamaño, ni siquiera se devolvió, simplemente desapareció, como si hubiera sido absorbido por la puerta, como si hubiera...

Una terrible idea se comenzó a formar en mi mente, él no podía hacerme eso, corrí hacia cada una de las ventanas y tampoco se abrían, me puse pálida cuando la comprensión me golpeó, esto era un perfect cube, Ludociel me había encerrado en un gigante cubo mágico porque sabía que no tenía la capacidad de destruirlo, esa no era mi habilidad mágica.

Me paré frente a la puerta e hice lo único lógico en ese momento, comencé a golpearla como una niña pequeña, no tenía muchas opciones en realidad, la golpeo como si no hubiera un mañana, ellos no tenían derecho a encerrarme. Luego comencé a gritar.

-SAQUENME DE AQUÍ

-NO TIENEN DERECHO A ENCERRARME

-EXIJO HABLAR CON LUDOCIEL

-EXIJO HABLAR CON LUDOCIEL!!

Me podía imaginar la cara de todo el clan, posiblemente me escuchaban en toda Britannia, pero no tenía nada que perder, grité todo lo que odiaba a mi propio clan que no podía tener una conversación civilizada para resolver los problemas, ni siquiera una simple advertencia, cualquier guerrero por lo menos hubiera tenido un pequeño aviso, pero por supuesto que la hija de la Deidad Suprema no tenía opción, mi vida había sido planificada desde mi nacimiento, fui educada para convertirme en una guerrera, fui educada para convertirme en la líder del clan de las diosas, una líder que guiaría a la exterminación total de los demonios. Sin embargo nunca me preguntaron que quería hacer con mi vida, todos dieron por hecho que ser la líder del clan era todo un honor, cuando en realidad eso solo significaba tener el peso de todo, de las muertes, de la continuidad de la guerra, de las alianzas, decisiones y cualquier cosa que incluyera a tu clan. A pesar que ese no era un puesto que quisiera Ludociel siempre había deseado ocuparlo, por tal motivo no desperdició la oportunidad que le había dado.

Me había entregado en bandeja de plata.

No dejé de gritar en ningún momento, no iba a facilitar la vida de nadie en el palacio hasta que me dieran una explicación de qué era lo que estaba pasando, qué había pasado con Mael y qué era lo que iban a hacer conmigo. Una voz me gritó desde el otro lado

-Cállate Elizabeth

Me quedé callada, no porque me lo hubieran dicho, llevaban horas pidiendo que guardara silencio, sino porque era la voz de la persona con la que quería hablar