Conversación amistosa

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POV. MELIODAS

Me descuide, eso pasó, simplemente esa diosa de segunda había sido más astuta que yo, eso no significaba que fuera más fuerte, claro que me había sorprendido cómo se deshizo de mi hellblaze, pero no lo iba a admitir, me quedé inconsciente, lo último de lo que me acuerdo es de una luz cegadora y poderosa que envolvió todo mi cuerpo, y en contra de mi voluntad, quedé inconsciente, me desperté poco a poco, pero todavía estaba dentro del ark y esa diosa me estaba mirando no muy amigablemente, había escuchado rumores del poder del Clan de las Diosas pero nunca pensé en lo poderosas que podían llegar a hacer.

Escuché que me dijo que me sentara, no hiciera nada que ella quería charlar, ¿charlar?, ¿esa insignificante diosa no se daba cuenta con quién estaba hablando?, iba a replicarle, le iba a mostrar esa cruel sonrisa que me caracterizaba y le iba a mostrar por qué era el líder de los diez mandamientos, la busqué con la mirada y quedé asombrado, para ser una diosa era bonita, una cascada de cabello plateado le caía por la espalda y se veía desordenado a causa de las alas, su piel era blanca y delicada pero tenía heridas causadas por la reciente pelea, se veía temerosa, pero segura de sí misma, sus ojos reflejaban una furia implacable, una furia que tarde un poco en reconocer, ella era idéntica a la chica que había conocido en el pueblo hace tantos años, pero eso era imposible, ella debería estar muerta y no debería ser del Clan de las Diosas. Parecía que ella también me había reconocido, del enojo pasó al asombro y no sabía qué decir, así que yo hablé primero.

-Tu deberías de estar muerta- no es precisamente como uno comienza una "conversación amistosa", pero no sabía qué más decirle

-Tu eres el que debería de estar muerto, eras un humano, lo ví en tus ojos, eran de color verde esmeralda, no negros demoniacos-respondió ella

-Pues yo no te había visto las alas, y tus ojos eran azules cielo, no naranjas con el símbolo de ese clan- repliqué

-¿Te acuerdas de que color eran mis ojos?-preguntó ella algo sorprendida

-Pues tu te acuerdas del color de los míos-dije como si fuera algo obvio, pero realmente la diosa me había encontrado desprevenido una segunda vez, claramente todos los demonios no se acordaban del color de los ojos de cada ser vivo que ve, pero tampoco creo que una diosa lo hiciera

-Fuiste la primera persona que conocí que no fuera de mi clan- dijo ella algo avergonzada, luego recordó que estaba hablando con un demonio que la había tratado de matar hace menos de dos minutos y recuperó la compostura.

- Escúchame, no quiero pelear, no tengo ánimos, te mataría en este momento, pero no me parece justo, así que te propongo lo siguiente, hagamos una tregua, declaramos un empate en esta oportunidad, por el recuerdo que tenemos juntos, vete a tu clan, y dí que no me encontraste-explicó ella con mucha serenidad

-Yo no me valgo de lo que he convivido con otros, y mucho menos con una diosa- respondí haciendo énfasis en la última palabra

-En este momento estás en desventaja, solo tengo que desearlo y volverás a estar inconsciente, acepta el trato, o volverás a tu Clan en un ark que demostrará tu derrota-dijo severamente la chica

- Está bien, acepto el trato, pero la próxima vez que nos encontremos te mataré-anuncié

Me sentí extrañado de que a la chica le gustara la idea de matarla, porque me dirigió una sonrisa muy gentil y me dijo - eso lo veremos.

¿Esa estúpida diosa me estaba amenazando?, si no fuera porque realmente su ark era muy poderoso estaría muerta en estos momentos, pensé en muchas maneras de matarla, pero no me parecían lo suficientemente crueles para ella, de un momento a otro noté que ya no me rodeaba la energía pura de la diosa, me volteé para devolverle la amenaza, pero ella ya no estaba, además de que me había amenazado, ¿se había ido antes de que le devolviera la advertencia?

No teniendo nada que hacer ahí, me dispuse volver al Clan, mientras volaba de regreso destruí unas cuantas aldeas, era divertido, y me dejaba despejar mi mente, la chica que conocí en el pueblo era la mismísima hija de la Deidad Suprema y era temida por la mayoría de mi Clan, como gota para llenar el vaso, no la había matado y me había encontrado desprevenido dos veces en el mismo día.

La excusa que diera tenía que ser muy convincente, que se adaptara a mí, no tuve que pensarlo mucho, realmente la diosa me había dado una buena idea, llegué y encontré a todos los mandamientos reunidos en el salón principal. Chandler me miró de arriba a abajo como si no comprendiera lo que viera.

-Y bien, ¿dónde está la cabeza de la diosa?- reclamó Chandler

- Te lo dije, tu alumno no iba a ser capaz, Zeldris nunca nos hubiera defraudado-dijo Cusack

-seguro que tiene una magnífica explicación-respondió mi maestro

- Bueno, y-yo, la estaba buscando pero sabe esconder su presencia, por un momento la sentí, me guié hacia ella, pero cuando la iba a atacar ella ya no estaba- tenía que asegurarme de decir la verdad ocultando la realidad, sino el mandamiento de la verdad me convertiría en piedra, y definitivamente esa no era mi idea.

-La situación es que esa diosa sigue siendo una amenaza, y posiblemente va a avisarle a su clan y se mantendrá con un guardia todo el tiempo, convirtiéndola en un problema mayor-analizó Melascula, mandamiento de la fé

-No podemos permitir que siga viva por mucho tiempo-agregó Derieri

-Bueno, considero interesante mandar en una búsqueda a Aranak y Zeno, mandamientos de la paciencia y el reposo, ya que mi hermano y yo debemos planear una estrategia para atacar a es clan-dijo Zeldris

Dicho esto la reunión finalizó, había sido más corta de lo que había pensado, pero sabía lo que me esperaba, mi maestro se me acercaba sigilosamente y me tocó el hombro, me giré y me indicó que lo siguiera, no tenía muchas opciones así que hice lo que dijo, pensé que era él quien me iba a castigar, pero había fallado en algo mucho más grande que una simple misión. Hubo un momento en el que paramos, y cómo no, mi padre estaba al frente mío imponente como siempre, cuando habló su voz penetró cada parte de mi cuerpo, a pesar de que en ningún momento abrió los labios, pero escuché como decía

-Meliodas, me has decepcionado hijo mío, no puedo arriesgarme a quedar en ridículo frente a mi clan, no quiero que vuelvas a una misión hasta después de la próxima batalla, quiero que arrases con cada diosa que veas y así, tal vez, volverás a ganar mi confianza y no serás el hazmerreír del clan.

-Sí padre-respondí con la ira fluyendo dentro de mí

-Y para que nunca lo olvides-luego de decir eso el Rey Demonio le hizo una señal a Chandler y este asintió

Ví como una magia oscura venía hacia mí y me tiró al suelo, era tan poderosa que no podía levantarme, sin duda ese era el poder de mi maestro, ni siquiera padre gastaría una gota de su energía para un problema menor que podía solucionar Chandler o Cusack, estuve así por mucho tiempo, no grité, no perdería toda mi dignidad y orgullo el mismo día, además sólo provocaría una sonrisa en mi padre, y no lo iba a complacer con eso, apenas cesó el dolor cuando caí inconsciente mientras pensaba, dos veces me desmayo en el mismo día, que acto tan poco característico de mí, dicho esto me rendí en el suelo.

PD: Espero que les haya gustado el capítulo, dejen sus comentarios y voten por favor mientras llega el próximo capítulo la otra semana.

Si no hubiera guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora