POV. ELIZABETH
Desastroso.
Había pasado cuatro largos días en el mismísimo infierno, después de que todo el castillo tuviera un hechizo para que no saliera me mantenía vagando por los pasillos y viendo como los años absorbían la vida de los adornos de los corredores. Nunca había analizado las decoraciones pero sin duda eran algo anticuadas para la época, tendría que hablar con mi madre al respecto. Mis días fueron largos y estuve en una completa soledad, todos los miembros del clan me miraban con desprecio y no quería imaginar que les había dicho Ludociel para que me miraran de esa manera. Los únicos que intercambiaban palabras conmigo de una manera amistosa eran Sariel y Tarmiel, pero siempre tenían que irse a exterminar demonios y como decía Ludociel a llevarnos un paso más cerca de la victoria.
Lo que quedó de mi primer día la pasé totalmente sola en mi habitación, no quería salir, no quería hablar con nadie, estaba enojada con el mundo por privarme de mi libertad, si no se habían dado cuenta de que estaba con Meliodas, ¿por qué me castigaban con tanta severidad?. Había algo que realmente no cuadraba en toda la situación, estoy segura de que si Ludociel se diera cuenta de mi alianza con un demonio mi cabeza estaría colgada en el salón principal exhibida como la deshonra de un clan y la severidad de nuestras reglas.
Desocupé todos los cajones y tiré todo lo que había dentro de ellos para comenzar a organizar nuevamente, realmente cuando te privan de tu libertad no tienes muchas opciones de actividades. Cuando organizaba el último cajón encontré un libro, su portada estaba algo gastada pero el título se veía claramente Misterios de las diosas, recordé que Ginebra le gustaba mucho ese libro por alguna razón en particular que nunca llegué a comprender, era muy reservada cuando le preguntaba por él, evadía el tema o simplemente me decía que me conocía lo suficientemente bien y sabía que no me gustaría.
Me senté en el suelo recostando mi espalda con un borde de la cama con el libro en mi regazo e intenté abrirlo pero no funcionó, volví a intentarlo sin resultado alguno, así que comencé a girarlo para encontrar en el lomo del libro una zona hueca circular, no parecía ser de una llave y no era capaz de moverla, simplemente era un espacio sin sentido. Después de unos cuantos minutos de forcejear sin ningún resultado me dí por vencida y guarde el libro en un cajón y caí rendida en la cama.
El segundo y el tercer día estuve en la biblioteca averiguando cómo podía abrir el libro, en algún lado debían hablar de esa magia, además tenía otra pregunta que me estaba rondando en la cabeza, ¿cómo se supone que Ludociel me había encerrado en un perfect cube?, dudo mucho que se hubiera aliado con un demonio, más fácil era ver a Meliodas sonriéndole con amabilidad a la Deidad Suprema que Ludociel hablando con un demonio, sonreí al imaginarme las dos escenas. Seguí buscando y encontré libros realmente interesantes, pero ninguno que me hablara de cerraduras y frustrada por no encontrar nada terminé los dos días durmiendo en la biblioteca.
El cuarto día estaba más inmersa en la lectura, la biblioteca estaba vacía, posiblemente porque nadie me quería tener cerca para darle un motivo a Ludociel de provocar una escena o porque simplemente mi apariencia aterrorizaba a todo aquel que me veía, ambas eran opciones viables. Tenía un ligero dolor en el cuello debido a la posición en la que había dormido, no le recomendaría a nadie dormirse con la cabeza encima de una mesa de madera, podía tener graves consecuencias al día siguiente. Bostezando y sobandome la nuca volé para encontrar otros libros y encontré la sección misteriosa que me había prometido investigar hace tiempo, seguía igual como la recordaba, al lugar le faltaba iluminación y los libros de sus estanterías tenían polvo y algunas telarañas.
Volé lentamente por la zona repasando algunos títulos, no me sorprendía que fuera la zona abandonada de la biblioteca, muchos eran de magia combativa que cualquiera del clan dominaba con facilidad, sin embargo, había un libro en el fondo de la sección que no tenía polvo, lo que significaba que alguien lo había cogido recientemente, cuando leí el título no sabía qué pensar, simplemente decía Ark, no tenía idea de por qué alguien le gustaría leer como hacer un ark, hasta los más jóvenes del clan sabían hacerlo, sus variaciones dependían del guerrero que lo usaba, por ejemplo los cuatro arcángeles podían combinarlo con sus gracias y dar un ataque más poderoso, pero aún así no entendía que podía tener el libro que hiciera que alguien llegara hasta la penumbra solo para buscarlo.
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Si no hubiera guerra
FanfictionEn la antigua Britannia de hace 3000 años el clan de las diosas y el clan de los demonios están en guerra por una razón totalmente desconocida. A pesar de esto Meliodas (sucesor del Rey Demonio) y Elizabeth (hija de la Deidad Suprema) desafiarán a s...