Dudas

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POV. MELIODAS

El trayecto de regreso a mi clan había sido corto, ni siquiera supe muy bien cuando llegué, me enteré cuando escuché los gritos provenientes del castillo

¿quién estaría gritando si normalmente era yo el que lo hacía?

Abrí las puertas con curiosidad y me asombró ver que era mi hermano el que estaba perdiendo los estribos, estaba en el centro de un gran grupo de demonios de bajo nivel, los mandamientos no se veían por ningún lado.

-¿dónde está la niña?

-Mi lord nosotros...

-No me interesa escucharlos, quiero su cabeza no una excusa

-Pero...

-larguense y no vuelvan hasta que la encuentren y no quiero excusas esta vez

-Pero...

Zeldris sacó rápidamente su espada y en un movimiento casi imperceptible cortó al demonio que se había quejado en pedacitos convirtiéndolo en polvo. ¿Así sería yo cuando estaba enojado?. No, tal vez era peor, pero tenía que admitir que ver a Zeldris alterado hacía que me cuestionara el motivo, normalmente el que no toleraba ningún error era yo y verlo así solo me hizo pensar que algo bastante desagradable había pasado en mi ausencia.

-¿alguien más tiene alguna pregunta o reclamo?

Todos quedaron en silencio. Tal vez debía aprovechar el momento para hacer sentir mi llegada. Carraspeé sonoramente la garganta y todo el mundo se giró hacia mí, incluso Zeldris. Con una voz autoritaria para que supieran que estaba hablando en serio les dije

-Mas les vale que se larguen de aquí antes que me entere de que pasó, porque créanme cuando les digo, no querrán estar aquí cuando eso suceda-miré con detenimiento las caras de perplejidad de cada uno de los presentes menos la de mi hermano que seguía igual- vayanse de mi vista

No tuve que decirlo dos veces y ya el salón había quedado despejado, todos los demonios que antes se encontraban en el salón salieron presos del pánico y no quedó ninguna señal de todos los que estaban presentes segundos antes, incluso habían cerrado la puerta dejándonos totalmente solo con mi hermano. Me giré para encararlo y pensé que mi presencia sería suficiente para calmarlo, me tenía respeto y admiración, pero me llevé una sorpresa cuando vi que estaba más enojado si eso era posible, tenía la mandíbula apretada al igual que los labios que formaban una delgada línea blanca, sus ojos parecía a punto de salirse de la ira y tenía un tic nervioso en una de sus cejas que hacía que esta se elevara con un movimiento sutil.

-¿DÓNDE DEMONIOS HAS ESTADO MELIODAS?

-¿Por qué estás tan alterado Zeldris?

-¿por qué?¿POR QUÉ?, tal vez lo sabrías si no dejaras toda la carga del clan en mis hombros, en resumen fallamos intentando matar a la hija de Belialuin. Exterminamos al resto de los magos, pero la niña astuta se escapó aprovechando una distracción. Te necesitábamos Meliodas, ¿donde estabas?

-¿Yo como iba a saber que iban a atacar en ese momento?, no soy adivino Zeldris, además pensé que el acuerdo era primero vigilar y esperar, que todo fuera a su tiempo, pero no, tuvieron que adelantarse

-No pienses criticar nada de esto, porque si hubieras estado allí toda esta situación se hubiera evitado

-¿no has hablado con Aranak y Zeno?, ellos me vieron en la capital, me enteré tarde, pero aún así llegué al ataque

-Que curioso, no te ví por ningún lado y tampoco sentí tu presencia

-Posiblemente te hayas confundido ya que estabas con todos los mandamientos y por si te quedan dudas también vi como una técnica del clan de las diosas destruyó tu energía oscura, eso no se vió nada bien, hermanito

Si no hubiera guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora