Un "hasta pronto"

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POV. ELIZABETH

Volamos con rapidez hacia el templo abandonado y cuando estuvimos en el coliseo no nos sentamos hasta confirmar que nadie nos había seguido, el lugar seguía igual que siempre, con ese toque de vejez que lo único que le daba era un aire enigmático que te hacía preguntar cuáles eran los misterios que ocultaba. Sin embargo, ya nada era igual a ese entonces porque a diferencia de esos tiempos, tenía más personas en mi contra que a mi favor, pero eso no me importaba porque no tenía interés en lo que otros pensaran o dijeran de mí o del demonio que me acompañaba yo creería siempre en él aunque el resto del mundo se convirtiera en mi enemigo.

Ambos nos sentamos en las frías gradas y nos quedamos viendo un momento a los ojos antes de que yo comenzara mi narración de los hechos

-Cuando vi a Galand había varios humanos que estaban luchando contra él, pero de un momento a otro se convirtieron en piedra, supe inmediatamente que había sido por efecto del mandamiento de la verdad y nunca vi tan real el hecho de que no podía mentir, ni persuadirlo, porque con cualquier cosa errónea que dijera me convertiría en una estatua.

»Quise retirarme del lugar inmediatamente, pero no pude hacerlo porque el mandamiento notó mi presencia lo cual hizo que por primera vez no supiera muy bien que hacer, así que me quedé quieta totalmente y sentí cómo él se acercó a mí para hablarme. Me puse a la defensiva y no le dije nada, a cada una de las preguntas que hizo que me quedé callada por completo y cuando vi que la paciencia se le había agotado y me iba a atacar ya estaba lista para cualquier movimiento que hiciera, sin embargo pasó algo muy curioso, él simplemente se giró y dijo que había recibido una orden, ni siquiera me dio tiempo de voltearme y él ya se había marchado

-Eso es bastante extraño en Galand-dijo Meliodas pensativo-conociéndolo hubiera estado complacido de jugar contigo esa cosa estúpida que él hace llamar el juego de Galand

-¿El juego de Galand?-pregunté extrañada

-Sí, es una estupidez, ni siquiera sé bien cómo es que lo juega, solo sé que es una manera en la que el se divierte con sus víctimas antes de matarlas, le gusta alardear que es más poderoso que otros aunque sea de los mandamientos más débiles

-El caso es que me asusté demasiado porque pensé que Zeldris te había descubierto y había llamado a Galand para que fuera contra ti, por eso volé lo más rápido posible hasta nuestro punto de encuentro y cuando observé que no tenías ni un solo rasguño volví a respirar con tranquilidad, lo cual me lleva a preguntarme ¿por qué Zeldris no notó tu presencia?

-Creo que sí lo hizo, solo que lo ignoró

-¿lo ignoró?

-Y eso no es bueno porque no puedo imaginar algo tan importante como para que mi hermano me ponga en lista de espera, eso es algo inesperado. Cuando llegué habían varios cadáveres alrededor del sitio formando un círculo casi perfecto, en el centro había una mesa rodeada por llamas demoniacas y en el centro estaba Zeldris viendo fijamente lo que supuse que era el mapa de Britannia.

Una idea aterradora se formó en mi mente a la vez que intentaba encajar todas las piezas, tal vez lo único que le preocupaba más a Zeldris que la venganza contra Meliodas era el bienestar de su gente eso quería decir que...

-Están peleando en estos momentos Meliodas, eso debe ser

Pensar que estaban atacando a la gente con la cual había crecido me dejaba un poco desanimada, pero no podía hacer nada por ellos, me habían pedido de muy mala manera que me fuera de su lado y eso es lo que iba a hacer por más que me doliera y quisiera ir a ayudarlos, porque sabía que en el momento en el que Meliodas y yo entraramos a esa campo minado ambos clanes se irían contra nosotros y eso no era lo que deseaba.

Si no hubiera guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora