¿Dónde estás?

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POV. MELIODAS

Enojado, confundido, esto de las emociones se me daba peor a cada segundo que pasaba. Mientras miraba la pared de mi habitación no dejaba de reproducir lo sucedido una y otra vez en mi cabeza.

-¿Quién es Gelda?-pregunté algo confundido

-Ella es una vampiro

-¿Y eso qué?

-¿En realidad no te suena el nombre?

Repasé mi lista de nombres importantes y parecía una lista de interminables Elizabeths y un Zeldris al final. Negué con la cabeza

-Ella es Gelda de las Mil Tentaciones, pertenece a la familia real del clan de los vampiros

-Bueno, ¿qué pasa con ella?- pregunté restándole importancia al asunto

-¿Te acuerdas de nuestra última charla aquí?

-Si

-Pues ella fue la que me ayudó a convencer al clan de los vampiros a apoyarnos en la guerra, sin ella dudo que hubiera logrado algo, es realmente hábil con las palabras cuando quiere, aunque normalmente...

¿A quien me recordaba Zeldris en este momento?, me quedé reflexionando por un momento hasta que la respuesta llegó a mi dejandome frío, Zeldris estaba describiendo a Gelda como yo lo haría con Elizabeth, ¿pero qué significaba eso?

-...Y creo que después de eso fue que me di cuenta que la quería- se detuvo esperando que la ira se desatara, pero nunca llegó.

-Hermano-dijo

-Creo que no deberías volver a verla-dije con una voz neutra

-Pero...

-Es un consejo como hermano, pero si por alguna razón me entero de que no sigues mi consejo padre se enterará de esto y...

-eso no es justo - bufó

-la vida no lo es-respondí

-Eres... tu eres-dijo mientras su cara se ponía roja de la rabia-En serio pensé que habías cambiado, pensé que serías un buen hermano solo por esta vez y...

-¿Y qué?, ¿te ayudaría a proponerle matrimonio?-dije en medio de una risa que hace meses no escuchaba, una risa que no dejaba rastro de emoción, una risa vacía.

Zeldris rápidamente sacó su espada y me apuntó con ella

-Ni se te ocurra seguir-amenazó

-O que,¿me matarás?-pregunté sarcásticamente

Tuvo un momento de indecisión pero con la misma rapidez que sacó la espada la volvió a enfundar, no sin antes dejar una pequeña herida en mi mejilla que toque solo para comprobar que si estaba sangrando, pero con un rápido uso de mi energía oscura desapareció.

-¿En serio?-dije algo incrédulo

-Quiero que me escuches muy bien Meliodas-dijo acercándose más a mí- no eres el único que puede convertirse en un desalmado cuando quiere, después de todo, creo que lo tenemos en los genes-

No le respondí nada, pero estaba algo sorprendido por esta faceta de mi hermano, una cara totalmente oculta para mí hasta este momento. Zeldris se fue sin decir otra palabra y con una mirada de odio y furia tan profunda que hubiera hecho sentir orgulloso a nuestro padre.

Había sido un completo desastre.

Me sentía realmente confundido, después de eso traté de buscar a Chandler para entrenar, tal vez pelear un poco me hacía aclarar mis ideas, pero después de una exhaustiva búsqueda me di cuenta que había salido a una misión encomendada por mi padre, así que decidí volver a mi habitación.

Si no hubiera guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora