2.Comienzos de Meliodas

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POV. MELIODAS

Al principio estaba bien toda la atención, luego se fue convirtiendo en algo molesto, las ventajas de ser el sucesor del Rey Demonio eran amplias, lastimosamente tener toda la atención no era mi ventaja favorita, mi maestro Chandler tampoco ayudaba a mejorar la situación gritando que iba a ser el líder de los diez mandamientos, no era un puesto que me apeteciera mucho, pero tenía que aceptarlo si algún día quería convertirme en el Rey Demonio, en esos momentos no estaba en una posición para llevarle la contraria a mi padre.

Me acerqué a la ventana para visualizar el paisaje demoníaco, nada de vegetación, era imposible que otra forma de vida diferente a los demonios se desarrollara en aquel lugar, el ambiente era ácido y olía a azufre, por lo menos eso decían los que venían momentáneamente, porque después de unas cuantas décadas uno terminaba por acostumbrarse y respiraba sin dificultad alguna. Se podían ver algunas regiones montañosas con diferentes relieves que eran producto de los entrenamientos de la nueva tropa, los diez mandamientos.

Diez guerreros que habían sido elegidos por el Rey Demonio para la guerra contra las repugnantes diosas, tanta luz cegaba, era mejor caminar en la oscuridad de los demonios, en este clan todos habitaban en penumbras, eran muy pocos en aquellos que se podía confiar, pero si en algo estábamos todos de acuerdo era en que la raza de las diosas tenía que ser exterminada.

A pesar de ser bastante joven referente a la edad demoníaca, poseía una seriedad que había adquirido con los años, mi cara casi nunca mostraba expresión alguna, nunca debes dejar que identifiquen lo que sientes porque eso siempre será la perdición de quien lo haga, es el punto débil de todo guerrero, por eso había sido entrenado desde mi nacimiento para nunca sentir nada, ser frío y despiadado.

A mi corta edad ya era conocido por ser el sucesor del Rey Demonio y el líder de los diez mandamientos, puede que algunos pensaran que ese puesto me lo había ganado por ser el hijo del Rey Demonio, pero el que sabía cómo eran las cosas en nuestro clan sería conocedor de que los puestos se ganan y no se compran. Cualquiera que dudara de mis capacidades les podía demostrar en poco tiempo de lo que soy capaz y de lo que puedo hacer si se meten conmigo.

Mi reputación habla por sí sola, cuando paso entre los demonios todos bajan de la cabeza en señal de respeto, escucho unos pasos que se acercan con confianza, luego veo como aparece mi hermano menor, Zeldris, un guerrero con grandes habilidades con la espada.

-Meliodas es hora de entrenar. Nuestros maestros nos están esperando

-Voy enseguida-dije sin mucho optimismo

Con la compañía de mi hermano comenzamos a caminar hasta llegar al campo de entrenamiento, el resto de los demonios se quedaban quietos mientras nosotros pasabamos, porque si por separado llamábamos la atención, los dos juntos teníamos un magnetismo impresionante, el aura de crueldad y muerte nos rodeaba incluso cuando estábamos de buen humor.

Cuando llegué al campo de entrenamiento nos estaban esperando Chandler y Cusack para la lección del día, conforme pasaba el tiempo las clases eran más difíciles, ellos nos exigían mucho más de lo que a veces podíamos, pero esa era la razón por la que el Rey Demonio los había delegado como nuestros tutores, porque aunque lo dijera yo, ellos eran de los demonios más poderosos que había conocido y tenía como de lugar superarlos para demostrarle a mi padre que yo era la mejor opción para convertirme en su sucesor.

Con un saludo de cabeza Chandler y yo nos dirigimos a nuestro espacio de entrenamiento

-Ya sabes que hacer, ¿no?

Asentí con la cabeza y comenzamos. Él me lanzó una gran cantidad de pequeñas energías oscuras a toda velocidad, no podía tocarlas porque el dolor que causaban era aterrador incluso para mí, así que mis movimientos tenían que ser hábiles y certeros para evitar a toda costa ese contacto. Anticiparse al movimiento del contrincante siempre tendrá un rol importante en cualquier batalla. Sin embargo solo me gustaba pensar a corto plazo, es decir, lo que haría inmediatamente, no me gustaba tener que analizar todo y crear mil escenarios posibles, eso significaba gastar energía pensando en cosas que probablemente no iban a suceder.

Si no hubiera guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora