Cap.47-Te amo.

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Narra Luisa


Había despertado hace mucho, no había sido tan grave mi desmayo ni tan preocupante. Mis padres al salir me dijeron que tomara una siesta ya que probablemente mis amigos no vendrían, eso me entristeció así que decidí tomármela. No pasaron ni cinco minutos para que yo sintiera que entraba alguien a la habitación y empezara a hablarme. Esa voz fue distinguible en cuestión de segundos así que decidí hacerme la dormida a ver qué me decía o hacía Mauricio. Al parecer fue lo mejor que pude hacer porque sé que si hubiese estado con mis ojos abiertos, mi novio no hubiera sido tan sincero conmigo. Realmente estaba atónita por lo que me había dicho.

—Pensé que estabas dormida —dijo sonrojado.
—No me gustó que me lo dijeras cuando dormía —hice comillas con mis dedos—. Agradece que desperté hace mucho. Es gratificante escuchar aquellas palabras salir de tu linda boca.
—No digas eso que me haces sentir demasiado romántico —rió nervioso—. ¿Escuchaste todo de principio a fin? —asentí—. ¿Hasta lo de que...—lo interrumpí.
—¿Que me amas? —asintió—. Ven te respondo, acércate.

Mau se acercó a mi y yo me senté recostando mi espalda en la almohada. Se le notaba nervioso y me miraba fijamente al igual que yo a él. Empecé a mirar sus labios y después sus ojos, vi que estaba muy sonrojado probablemente al igual que yo, sólo esperaba que mi rostro hablara por si solo y le dijera que yo también sentía lo mismo. Entre nosotros se había creado un sentimiento tan grande que no sabíamos cómo más demostrarlo, pero a la hora de hacerlo es un gran paso para nuestra relación.

—Te amo, Mau —agarré su cuello y él mi cintura.

Lo besé como sino lo hubiera hecho hace mucho, cosa que era verdad, no lo besaba desde que nuestro orgullo nos traicionó. Extrañaba sus besos, sus cumplidos, todo acerca de él. Él era una droga para mi, no una que me hiciera daño sino una que me hacia imaginar cosas, hacerme sentir bien y no sentirme sola como en el pasado. Él era la primera persona que yo amaba, Mau era la primera persona de la cual yo me había enamorado y desearía que jamás se acabara esta experiencia tan linda que estamos teniendo. Dejamos de besarnos y reímos, ambos estábamos con una sonrisa de oreja a oreja por los nervios y el amor.

—Acabas de dejarlo claro, Lu —me soltó de la cintura—. Te volviste atrevida.
—Sólo por ti —sonreí y me besó la frente—. ¿Vinieron las chicas? 
—Sí, también Diego y Pablo. Los voy a llamar.
—No hay necesidad de que nos llamen —dijo Laura recostada en el marco de la puerta con los demás.
—Par de tórtolos —rió Sofía.
—¡Eso es trampa! ¡Nos espiaron! —Mau se quejó.
—Es tu culpa por dejar la puerta abierta, idiota —dijo Pablo y todos empezaron a reírse.

Entraron y empezamos a platicar por horas. Mau estaba al lado mío y teníamos las manos entrelazadas, todos soltábamos carcajadas por lo que decían o hacían unos. En un momento llegó el doctor y me vio mejor así que decidió darme de alta esa misma tarde noche. Todos salieron de la habitación excepto Laura y Sofía que les pedí que se quedarán por si necesitaba ayuda para vestirme, la verdad me sentía un poco débil aún y temía caerme o algo. Salí de la habitación con ellas para ver a los demás y a mis padres.

—Nos vemos después —dijo Valentina poniéndose su chaqueta.
—Sí —dijeron Laura y Sofía al unísono—. Nos vemos la otra semana —Laura y Sofía abrazaron a las chicas y a mi.
—¿Por qué? —pregunté al igual que Mau, Pablo y Diego.
—Suspendieron a Laura y Sofía por golpear a María —dijo Catalina.
—¡Eso es injusto! —alcé la voz y todos asintieron—. Espero eso no les afecte en la graduación.
—Cálmate, Luisa...—Mau me abrazó—. Las veremos la próxima semana.

Todos se despidieron y emprendieron su camino. Me despedí de Mau con un cálido beso luego que me dijera que mañana me visitaría a mi casa ya que no puedo asistir a la escuela por incapacidad así que Laura y Sofía estarán conmigo. Me fui en un taxi con mis padres y Laura y Sofía se fueron en otro, Sofía se quedaría en casa de Laura para evitar el viaje ya que vive muy lejos.

—Hija —llamó la atención mi madre—. Prometiste que no volverías.
—Lo sé y menos por María —agaché la cabeza—. Pero según lo que me dijeron los demás ella se rindió, se arrepintió y no volverá a molestarme.
—Me alegró que esa niña se haya rendido —dijo papá abrazándome de lado—. Ahora procura por ser feliz y terminar tu año escolar en paz, te quedan seis meses.
—Lo sé y estoy feliz por ello. —Sonreí y seguimos el viaje en silencio.

Llegué a casa y di las buenas noches, subí a mi habitación rápidamente, cerré la puerta con candado y me cambié. Quité el candado de la puerta y me acosté en mi cama, puse volumen bajo en la radio. Decidí enviarle un mensaje a Laura para ver si habían llegado bien con Sofía.

 Decidí enviarle un mensaje a Laura para ver si habían llegado bien con Sofía

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Dejé mi teléfono debajo de mi almohada y cerré mis ojos. Estaba conciliando el sueño pero mi celular vibró.

 Estaba conciliando el sueño pero mi celular vibró

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Dejé de nuevo el móvil bajo mi almohada y me dormí

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Dejé de nuevo el móvil bajo mi almohada y me dormí. Si que podría dormir bien sabiendo que Mau y yo correspondemos el sentimiento.

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