Amor de instituto

Cap.52-Vergüenza.

Narra Luisa

Esto no es una buena manera de conocer a tu suegra la cual quizá verás en varias ocasiones si tu novio te invita a casa a cenar, también si te tiene presente por si tu novio le habla de ti. No sé qué pensará esa mujer de mi. Salí de la cama cuando la madre de Mau no se encontraba en la habitación, me miré en un espejo y estaba completamente sonrojada. Mau empezó a reírse lo cuál me contagió un poco.

—Qué cómico —dice Mau parando de reír.
—¿Gracioso? ¡Fue la peor forma de haberla conocido! —me tapé la cara con las manos—. No le agradaré.
—No te preocupes, ya me ha visto en esta situación.
—¡¿Qué?! —pregunté exaltada.
—¡Es broma! —empezó a reírse más fuerte—. Confía en mi.
— Eso hago, tonto —me senté en su cama y lo besé—. Me pondré mi ropa antes de que entre alguien más.

Mau asintió y yo me levanté, caminé hacia la puerta y le puse seguro. Me dirigí a la cama y vi mi sostén, me lo puse y después proseguí a ponerme mi blusa y el pantalón que traía. También mis medias y zapatos.

—Me estuviste viendo —reí.
—Pero ya no hay nada de qué preocuparse —me miró pícaro.
—Tienes razón. Pero vístete primero, no es que vayas a andar por tu casa así.
—Así ando siempre —rió y lo miré extrañada—. Vale ya, no más bromas.

Mau se vistió y salimos de su habitación. Llegamos a la sala y allí se encontraba un niño pequeño, era el hermano menor de Mau.

—¡Buenos días, Mau! —dijo el niño levantándose y abrazando a su hermano.
—Buenos días engendro del mal —le revolvió el pelo—. ¿Ya desayunaste?
—No, mamá salió apurada a traer cosas "especiales" —dijo haciendo comillas con los dedos—. Porque teníamos invitada —dirigió su mirada a mi.
—Nico —me tomó de la mano—. Ella es Luisa, mi novia.

El pequeño me quedó mirando fijamente y yo a él. Yo tenía la mano extendida en espera de que él la estrechara con la mía, los nervios me consumían. Sé que es un niño pero me importa mucho la opinión de él.

—Eres muy bonita —sonrió—. Bienvenida a la familia —me abrazó y yo le correspondí.

Mau nos miraba con cierta ternura mientras yo seguía aferrada al pequeño hasta que nos separamos por otro chico que llegó a la habitación, debía ser su otro hermano.

—Buenos días. Mau, ¿quién es ella?
—¡Es la novia de Mau, la más bonita!—Nico gritó lo cual hizo que me sonrojara.
—Un gusto, Sergio —estiró la mano y yo se la estreche.
—Luisa —sonreí—. Igualmente.

Nos sentamos todos en el salón a platicar acerca de cómo me conocí con Mau, sus hermanos reían porque les contamos todo con detalles, hasta que nos hicieron meter en un armario. Me da un poco de nostalgia por lo rápido que ha pasado el tiempo.

—Ya sé porqué llegaste aquella vez muy feliz a casa.
—Sí —sonrió y agachó la cabeza—. Me flechó apenas la vi.
—No digas eso —reí para sonrojarme—. Ahí tenías novia.
—Pero iba a romper con ella lo más pronto posible, además a ti sí te amo y mucho —se acercó a mi y me besó.
—Qué cursilería —dijo Sergio riendo—. Háganlo pero no en frente mío, menos de un menor.
—¿Cuántas veces te he pillado con Juliana aquí mismo comiéndose la boca? —se defendió mi novio, yo me eché a reír junto con Nico.
—Vale —Sergio se cruzó de brazos—. No reprocho más.

Seguimos platicando, contando anécdotas hasta que se escuchó el timbre de la casa. Supuse que era la madre de Mau pero una parte de mi no quería que fuese así.

—Yo voy —Nico se levantó y se dirigió a la puerta para abrirla—. ¡Mamá por fin llegaste! ¡Qué hambre!

Quería que me tragara la tierra y me escupiera al otro lado del mundo. Tenía demasiado miedo y mucha vergüenza por verla de nuevo a los ojos. No sabía cómo para dirigir la palabra para saludarla, tampoco sabía si debía pedirle disculpas por dormir en su casa sin su permiso y encima tener relaciones con su hijo. Me sentía un poco frustrada y cada segundo que pasaba sudaba un poco más. Nico entró al salón con su mamá de la mano así que me levanté del sillón por reflejo, Mau hizo lo mismo.

—Te presento a Luisa, mamá. Mi novia —mi novio dijo sonriente agarrándome de la cintura.