Narra Luisa
Después de que el profesor que se parece a Hitler terminara de presentarse y darnos nuestro horario de clases, nos dejó charlar diez minutos antes de salir de la inducción. Cada vez que se termina una clase tenemos un pequeño descanso, se le llama cambio de clase. Podré comer algo ligero al salir, pensé.
—Chicos —se giraron a verme—. ¿Saben si hay una tienda?
—Claro, hay una cafetería en éste mismo piso —dijo Laura.
—¿Alguno me acompaña? Ya saben...soy nueva así que...—reí.
—Yo te acompaño —dijo Mau—. Ustedes vayan siguiendo a donde siempre
—Está bien —dijeron unos cuantos y otros asintieron.
—Gracias, Mau —le sonreí.Caminé con Mau por un pasillo y después giramos a la derecha, allí entramos a una especie de cafetería donde habían varios profesores.
—Pide —dijo Mau.
—¿Me das por favor un sándwich?
—Claro, ¿pollo o jamón? —me preguntó la señora que atendía.
—Jamón."Es mi embutido favorito", pensé.
—Tome, señorita.
La señora me dio el sándwich y yo le di el dinero, salí de la cafetería con Mau y nos pusimos a caminar hacia donde se hacían los muchachos pero de un momento a otro Mau, empezó a reírse.
—¿De qué te ríes? —pregunté seria.
—Es que —rió—. Tienes queso en tu barbilla.
—En vez de estarte riendo, deberías ayudarme —dije y me iba a limpiar la barbilla pero Mau me cogió la muñeca—. ¡Déjame!
—No, deja yo te limpio.Se empezó a acercar a mi y yo sólo me quede inmóvil mirando sus ojos verdes y él igual mirando los míos. Se me acercó tanto que pude sentir su respiración mezclarse con la mía, se quedó quieto hasta que al fin se atrevió...Me quitó el queso de la barbilla.
—Ya está, ahora no te quejes, pesada —sonrió.
—Mauricia, no hagas eso —dije y puse una mano encima de mi mejilla, estaba caliente.
—¿Hacer qué? —me preguntó.
—Acercarte...así como así sólo para quitarme queso —dije mirando a otro lado.
—La niña se pone nerviosa —dijo riendo y dispuesto a hacerme cosquillas, conocía esa mirada.
—Es sólo que...me pones nerviosa con tu mirada de hacerme cosquillas —hice una mueca.
—Déjate de bobadas —rió—. Más bien vamos a donde están ellos.
—Esta bien...—reí también.Fuimos a donde estaban todos, estaban bebiendo cada uno de lo que había traído, leche achocolatada, jugo de mora, naranja, etc.
—Se demoraron harto ¿no? —dijo Laura mandándome una mirada pícara.
—No es cierto...sólo que vinimos caminando lento —dije, obviamente no les voy a decir que me quitó queso de mi barbilla de manera extraña.Todos estaban comiendo y platicando estupideces, en un momento llegó una chica rubia de ojos color miel, piel morena clara, estaba maquillada a más no poder y me empujó.
—¡Hey! ¿Qué te echo? —me quejé levantándome y limpiando mi falda, menos mal ya había acabado mi sándwich.
—¡Aléjate de mi novio! ¿Oíste? —me alzó la voz la rubia.
—Pero que...¡yo no he hecho nada, soy nueva! —alcé la voz también, confundida.
—No te hagas, ¡estabas con Mauricio, mi novio!No sé porqué me sentí mal, sólo me quede callada y Laura y Mauricio se me acercaron.
—¿Estás bien? —preguntó Laura.
—Sí, iré al baño —dije regalando una sonrisa falsa.
—¿Te acompaño? —me dijo Mauricio.
—No, mejor ve con tu novia, está furiosa. —Me fui corriendo hacia al baño, entré en un cubículo y empecé a llorar.
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Amor de instituto
Teen FictionDe pequeña se visualizó a sus diecisiete años siendo una chica lo que consideran como bonita, sociable y carismática pero sus planes se fueron por el desagüe al verse sometida al bullying en su instituto gracias a la idealización que tuvo de infante...