Capitulo 29.

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Respire profundo y mire la casa amarilla que estaba solo a metros de mí.

"Ya estoy aquí, no hay vuelta atrás."

Por cada paso me arrepentía de lo que había hecho.

Por cada suspiro me arrepentía anticipadamente de lo que iba a hacer.

Cuando estuve frente a la casa, ya me había arrepentido mil veces, y me estaba arrepintiendo de lo que iba a hacer unas dos mil veces.

Si me estaba arrepintiendo anticipadamente, ¿por qué lo iba a hacer?. Por que no tenía nada más que decir.

Toque el timbre, y al minuto salió la mamá de Paty.

- Alaska querida, - La mamá de Paty era igual a ella, cona diferencia de que sus ojos eran azul intenso y los de Paty miel. - hace mucho que no te veía por aquí. - Sonrió. - ¿Buscas a Paty?.

- Si. - Asentí y trate de sonreír.

- Ella no esta, pero volverá en un rato más, si quieres puedes esperarla en su habitación.

Mi primer instinto fue decir NO, pero como mi boca y mi cerebro tienen ideas completamente distintas dije. -Si.

Entre a la habitación de Paty y todos los recuerdos empezaron a darme justo en el corazón.

Me senté en una silla que estaba al lado de la ventana y comencé a ver las fotografías que tenía en su escritorio y me di cuenta que, (al igual que yo), ella aún no sacaba las que tenía conmigo, (en mi caso, yo aún no sacaba las que tenía con ella).

Cuánto quería mi celular en este momento.

Quería distraerme con algo que no fueran las fotos, sabía que Paty no iba a llegar en un buen rato, y algo tenía que hacer mientras esperaba.

Suspire.

Escuche unos pasos que venían subiendo de la escalera.

Tenía una idea de quién podría ser.

Sonreí para mis adentros.

Un cuerpecito se asomó por la puerta y corrió a abrazarme.

Era el hermano de Paty.

Se llamaba Agustín. Era completamente distinto a su hermana, tenía el cabello negro azabache y los ojos azules de su mamá. Era un poco alto para su edad y es la persona más tierna que he conocido en toda mi vida.

Suelo llamarlo mi pequeño Harry Potter, porque se parece mucho a él y... vamos, comparo a todo el mundo con la saga de J.K. Rowling.

- ¡Alaska!.- Sentí sus pequeños brazos al rededor de mi cuerpo. Recibí su muestra de afecto.

- Mi pequeño Potter. - Dije riendo.

- ¡Que no soy Harry Potter!.- Grito Agustín aún sin soltarme.

- Si no eres él, ¿entonces como explicas su parecido increíble?. - Me solto y se puso frente a mi.

Señalo su frente y burlonamente dijo: - No tengo cicatriz. - Me sacó la lengua.

El pelirrojo y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora