- ¡¡NO TE HAGAS LA QUE NO SABE DE QUE HABLO!!, ¡¡SABES PERFECTAMENTE DE LO QUE HABLO ALASKA!!. - Paty estaba furiosa. Ella odiaba que le mintieran, y yo le había mentido.
Por primera vez en todos estos días estaba llorando como no lo había hecho. Estaba llorando como cuando uno sabe que la cago y quiere desquitarse con todo.
- No quiero hablar de eso ahora Paty... - Suspire. Un suspiro del alma.
- ¿¡PORQUE NO?!, ¿¡HE?!, ¿¡ESTAS MUY APURADA?!, ¿¡VAS A COMPRAR SUSHI?!. - Furiosamentente histérica. Eso define como esta Paty en estos momentos.
- Dejame explicarte...
Inhaló y exalo. Hizo un gesto de calma y habló: - ¿Explicarme que Alaska?, ¿que todo era un trato?, ¿que estabas sufriendo y el único que sabía era Sebastián, que no te podía dar más que unas estúpidas palabras de consuelo?, ¿que no me dijiste porque pensaste que soy tan estúpida y se me iba a salir?, ¿que te estabas viendo con Fabián?. Ya me explicaron todo. - Bajo la mirada. Una lagrima callo al suelo. No quería que la viera llorar.- Y aunque estoy borracha puedo entender que no confías en mí. - Se enjuago las lágrimas con las palmas.- Se supone que somos amigas.
- Y lo somos Paty.
- ¡NO LO SOMOS!.- Levanto la vista.- Las amigas no se mienten. - Quería golpearme. Gritarme. Decirme unas buenas palabrotas. Lo sé. Pero no lo hizo. Se aguanto. - Las amigas están para apoyarse. Para hacerte sentir mejor cuando lo único que quieres es dejar de existir. Y para guardar hasta los secretos más presiados que tienes.
- Paty...
- No me digas Paty. - Una punzada en el corazón. - Eso demuestra cariño. Algo que tu no me tienes. - Dos punsadas en el corazón. - Para ti soy Patricia y ya.
Tres punzadas en el corazón. ¿O no?. Primero que todo, ¿seguía teniendo corazón?. - Yo...— ¿Yo que?. Ella tenía la razón en todo. Todo era cierto. No tenía hechos ni palabras para defenderme. - lo siento. - ¿Eso es lo único que tienes Alaska?. ¿Un lo siento por haber tomado las decisiones más estúpidas de tu vida?.
- Tu— Cerro los ojos y un lágrima callo de sus ojos color miel.- no digas nada... Solo hagamos que esto que llamabas amistad nunca existió y dejemos de hacernos daño. - Rió. - Dejemos de hacernos daño realmente, no como el daño que tu le hacías a Fabián.
Abrió los ojos y caminó hasta el ascensor.
- Paty.- No respondió. Estaba tambaleando en el pasillo gracias a el alcohol que tomo. - Llama a un taxi. No manejes así.
No respondió.
Al abrir las puertas del ascensor desapareció.
Puedo soportar perder el amor.
Puedo soportar perder mis libros.
Puedo soportar el dolor.
Pero no puedo soportar perder a mi mejor amiga.
Esa que me acompaño en todo.
Esa que me daba consejos.
Esa que no soportaba verme triste.
Llore de nuevo.
Me tire al piso.
Pataleé.
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El pelirrojo y yo.
CasualeAlaska Black siempre estuvo enamorada del mismo hombre sin darse cuenta, aunque su mente no recuerda el nombre Fabián como algo importante, su corazón se acelera cuando lo escucha. ¿Y si un día todo cambia?. ¿Y si un día aquel nombre vuelve a tener...