Amigos [YoonMin]

Capítulo 2

Año 2011

[Jimin Pov]

La botella giró por varios segundos y terminó apuntando hacia So Naeun, quien era mi mejor amiga. Sentí una punzada en el estómago cuando me percaté de que el otro extremo apuntaba hacia mis piernas.

Todos los presentes en la habitación soltaron un aullido de burla y mis mejillas se encendieron como fósforos. "Ahí va un rumor nuevo sobre Naeun y yo" pensé con cierta incomodidad.

—¡Jimin y Naeun! —gritó una de las chicas que a veces veía jugueteando por los pasillos de la escuela— ¿Qué esperan para besarse?

Apreté los labios bajo la mirada de todos, sentí que estaba a punto de perder la calma cuando Naeun gateó hasta mi lugar. Al parecer ella sí quería besarme.

Los ojos de varios chicos se posaron sobre mí con evidente envidia. Por supuesto que yo era consciente de la belleza de So Naeun, nadie en su sano juicio se atrevería a decir que no era hermosa.

Se acercó hasta que sus delicados y blancos dedos chocaron contra mis rodillas flexionadas. No era la primera vez que estábamos tan cerca. Algunas veces dormíamos en su cama después de hacer los deberes, y en esos ratos, el regazo de Naeun era cómodo y agradable. No obstante, tenerla ahora frente a mí con una intención tan clara, se sentía mal, incorrecto.

—E-Esperen..., esto es raro —musité.

—¡Sólo hazlo, Jiminie! —una de las amigas de Naeun gritó dando brincos.

Las manos de Naeun se posaron sobre mis hombros y de pronto ya no fui capaz de sostenerle la mirada. Me encogí y ella se rio con algo de nervios.

—Yo te guiaré, Jimin, no te preocupes —me dijo tan cerca que pude oler la sutil fragancia de su shampoo frutal.

Asentí intranquilo, mirando mis manos cerradas como una forma de no afrontar lo que estaba a punto de ocurrir. 

En ocasiones sentía como si de los ojos de Naeun escapara un brillo singular hacia mi persona. Yo traté de hacerme a la idea de que aquellas expresiones se debían al cariño mutuo de nuestra amistad, sin embargo esa noche fue más que evidente que ella no pensaba lo mismo.

Me dolió el estómago. Algún tipo de culpa se instaló en mi pecho porque deseaba fervientemente que Naeun sólo me viera solamente como su mejor amigo pues yo jamás me enamoraría de ella.

En un segundo su rostro estaba a centímetros de mí, nuestros labios casi intercambiaron un roce cuando le sujeté los brazos y me eché hacia atrás.

—¡Na-Naeun, espera! —grité, provocando que todos guardaran silencio abruptamente.

—¿Qué pasa? —en sus ojos pude ver un atisbo de decepción, también vergüenza. 

Sus labios rosados y suaves estaban tan cerca de mí que fui consciente de lo lindo que sería sentirlos contra mi boca, lamentablemente eso sólo fue una idea pasajera. Tenía hermosos labios pero no quería besarla, ni siquiera un poco.

—T-Tengo que ir al baño —me levanté torpe—, ya vuelvo, quédate ahí..., n-no te muevas.

Al salir de la habitación, corrí hasta el baño más cercano con la mirada de todos en mi espalda y me encerré poniendo seguro en la puerta.

Una vez escondido, me sostuve al lavabo y abrí la llave para que el sonido del agua despistara a los demás y a mí me ayudara a aclarar la mente.

Posiblemente Naeun esperaba en el fondo que un día nuestra amistad se transformara en una relación amorosa. No la podía culpar, pasábamos todo el día juntos y yo consentía todos sus caprichos. Muchas veces le dejé que me llevara de la mano por la calle. En los días de San Valentín siempre le enviaba rosas blancas.