Capítulo 16

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[Yoongi Pov]

Al momento de entrar, Yiseo me llamó por teléfono, era la tercera vez que intentaba comunicarse conmigo y tuve que confesarle que había bebido de más. No se molestó, supuso que mi borrachera había sido producto de una reunión con mis compañeros de trabajo.

Pensé que para Jimin sería algo incómodo escucharme hablar con mi prometida así que fui a mi habitación para terminar cuanto antes con la llamada, Jimin accedió pidiéndome permiso para preparar algo de comer.

Quizá fue el alcohol, tal vez fue el hambre o la sed, incluso pudo haber sido el estrés al que me había sometido por dos noches enteras, pero en cuanto me recosté en la cama para escuchar lo que Yoyo me contaba sobre su trabajo, me quedé profundamente dormido.

Soñé con ella, soñé que estábamos en nuestro departamento escuchando música. Vi claramente su rostro pequeño, sus ojos llenos de amor por mí; escuché su voz serena y sentí sus toques delicados sobre mi rostro. Una profunda tristeza me invadió, fue tan poderosa que terminó despertándome.

Me senté sobresaltado, eran las dos de la mañana y Jimin estaba en alguna parte solo. Al encender la lámpara de noche, pude verlo de pie al umbral de la puerta. Se estaba abrazando a sí mismo mientras me veía con melancolía y temor.

—Jimin —hice el intento de ponerme en pie y él dio un paso dentro.

—Te quedaste dormido...

—Lo siento mucho —recordé la llamada y busqué el celular entre las cobijas,  ya había finalizado.

—Está bien, me alegra que hayas dormido un poco, te veías muy cansado.

Me quedé en silencio, la luz del pasillo iluminaba la espalda de Jimin, formando frente a mí un aura de luz que envolvía su cuerpo delgado. De sus ojos brotaba un afán triste, un deseo que guardaba con desconfianza. Pude sentirlo, nuestros corazones parecían conectados a lo largo de la habitación. Entendí lo que quería. 

—Ven.

Me recosté de lado, Jimin fue inmediatamente hasta la cama. Sin hablar, sin emitir sonidos, se escurrió entre las sábanas hasta que su rostro terminó escondido en mi pecho. Sentí sus mejillas tibias, sentí su respiración profunda acicalarme la piel.

Por un momento mi cuerpo no reaccionó, me quedé como hecho piedra mientras Jimin enredaba su brazo a mi cintura. Después, con la misma naturalidad del pasado, recosté mi mano sobre su rostro.

Su cuerpo era grande, más grande que el de Yiseo. Tenía hombros fuertes, un pecho igual de ancho que el mío. Y aún así, se sentía frágil como un pétalo, delicado como una pluma meciéndose en el aire.

—Yoongi, estoy asustado.

—Yo también —musité, recorriendo con los dedos su cabellera.

Suspiró con desánimo, el aire expedido por su pecho me acarició la garganta. Levantó los ojos y nuestros rostros quedaron tan cerca que tuve que retroceder, provocando en él una sonrisa triste.

—Quiero que sepas por qué he venido esta noche.

Lo miré expectante, sintiendo el nerviosismo entrar a mi cuerpo como una furiosa ola de mar. Jimin bajó la mirada, pegó nuevamente su mejilla a mí.

—Antes de volver a verte creí que te había olvidado, apenas y te recordaba, era como si estuvieras cubierto por una tela oscura en el fondo de mi mente —continuó—, pero desde el primer día que te vi en la empresa, descubrí que aún te amo.

Amigos [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora