Capítulo 6

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[Yoongi Pov]


No era fan de visitar las locaciones de construcción pero tarde o temprano tenía que hacerlo.

El museo llevaría el nombre Singularity y constaría de tres salas. La primera, nombrada Persona, estaba destinada a las perspectivas de la melancolía y el olvido. La segunda sala, Euphoria, a la felicidad y el júbilo. La última, Serendipity, se destinó al amor.

Singularity tendría además una biblioteca, una explanada y dos salas de conferencias. Un proyecto ambicioso si se tomaba en cuenta la petición de los inversionistas involucrados: cada sala, debería tener la estructura que representaba su nombre.

Suspiré, el espacio era limitado y estaba sumergido en una depresión poblada de pinos y árboles silvestres.

—A puesto a que no imaginaste ver un lugar así en la ciudad —habló Taehyung, echándose a un lado mío.

—Esperaba todo menos este agujero —me quejé—, preparar el terreno me va llevar más tiempo del que creía.

Taehyung me pidió espacio dándome un golpecito en la pierna y me moví para que su espalda también pudiera recargarse en el árbol donde yo me había sentado a descansar.

Debido a que desperté muy temprano en la mañana, convencí al Taehyung para que me acompañara antes a conocer la locación de Singularity. Su compañía, como siempre, resultó ser muy gratificante y amena.

Kim Taehyung era un amante de los lugares naturales y lo descubrí hasta esa mañana. Me dijo que antes de elegir su profesión, consideró por meses enteros estudiar geografía o botánica. Aquello me sorprendió bastante, pues el rubio parecía el típico joven enamorado de la ciudad.

—Sólo ve todas esas rocas en el suelo —volví a quejarme—, a Namjoon no le dará gusto saber que no hemos comenzado a construir y ya estamos enfrentando contratiempos como éste.

—Ve el lado positivo, Yoongi-ssi, mientras más tiempo nos tome, más podremos trabajar en Seúl.

No quise apagar el brillo en la mirada de Taehyung por lo que asentí con una sonrisa a medias. Quizá para él era fácil salir de casa e iniciar una aventura, en cambio, yo había dejado en Daegu a mi prometida.

—Te apuesto a que ese auto de ahí es el de Joy —habló Taehyung después de que disfrutamos del silencio del parque por varios minutos—, y el último es el de Jimin.

—¿Por qué apostaría contra la persona que organizó la distribución del transporte? —lo acusé con la mirada.

—Qué aburrido eres, Yoongi-ssi...

Chocó su hombro contra el mío en señal de juego y yo sólo resoplé. A veces el entusiasmo de Taehyung no lograba contagiarse en mi sistema, y hoy era uno de esos días.

Después de la extraña e incómoda plática con Jimin en la empresa, saber que tenía trabajo con él me crispaba los nervios. No sólo por nuestro pasado sino por la forma en la que me miraba e intentaba acercarse a mí cuando yo le evitaba en los pasillos.

De ser amigos incondicionales, pasamos a ser dos extraños que, si no discutían, se ignoraban con un gesto incómodo, vaya relación turbulenta...

—¡¿Ves?! —gritó el Taehyung cubriéndose la cara— ¡Hubieras ganado, Yoongi-ssi! ¡Joy no llegó en el auto de adelante!

A lo lejos, Jimin bajaba del primer automóvil con unas Timberland, un pantalón de mezclilla y una playera blanca. Aquella vestimenta era completamente distinta a lo que usaba en BitHit Constructions.

Amigos [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora