Capítulo 23

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[Yoongi Pov]

Escuché los suspiros entrecortados de Jimin, sentí sus manos aferrándose a mi espalda. Pude ver sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos y sus cabellos meciéndose en el colchón. La piel de su cuerpo, tan suave como una pluma, vibrando debajo de mí.

—Te quiero, Yoongi, te quiero tanto —jadeó recargando su frente con la mía.

—Te quiero mucho más que antes, Jimin —le besé.

Abrí los ojos de golpe, todo estaba bañado en completa oscuridad. Me coloqué las manos en el pecho y sentí los latidos acelerados de mi corazón. Yiseo dormía tranquilamente a mi lado, con sus dedos pequeños en mi abdomen.

La observé en medio de la oscuridad, cuidando no perturbar su sueño. Quise acariciarle el rostro pero en mis manos aún permanecía la sensación suave de la piel de Jimin, el calor de su cuerpo, los mechones suaves que le caían en la frente mientras me besaba.

Y no la tocaba porque la culpa me lo impidiera, me abstenía de tocarle porque no quería borrar los rastros de Jimin en mi cuerpo. 

Me levanté cauteloso y fui hasta el balcón, la luna brillaba en medio del cielo estrellado. Ráfagas de viento tibio mecían las palmeras sembradas en el jardín.

Pensé en Jimin, le imaginé durmiendo, descansando profundamente en los brazos de su novio. Una sensación incómoda se instaló en mi alma, por primera vez desde que nos confesamos nuestro amor, sentí celos.

—¿Yoongi? —la voz adormilada de Yiseo viajó hasta mí como un susurró.

Regresé a la cama con pasos lentos, su cuerpo aletargado apenas logró sentarse.

—¿Por qué estás en la ventana? ¿Qué ocurre?

—No puedo dormir —le retiré los cabellos alborotados de la frente—, estoy bien.

—¿Estás seguro? —atrapó mi mano y colocó un delicado beso en mi dorso.

Logré sonreírle un poco mientras retiraba la mano de su boca, su cariño me sabía a una bofetada. La noche anterior le había engañado con mi mejor amigo.

—Iré por un poco de agua —musité—, ya vuelvo.

—Cariño, ¿seguro que estás bien?

—Sí, Yoyo, lo estoy.

Entre las penumbras pude ver que me regaló una sonrisa. Antes de volver a acomodarse entre las almohadas, retiró las sábanas de su cuerpo. Su piel blanca brilló tenuemente con la luz que se colaba desde los cristales.

Salí en silencio, la luz del pasillo estaba encendida. Tras la puerta de la habitación de Jin, se escuchó su carcajada y la estridente voz de Namjoon. Sonreí, todas las noches, esos dos se desvelaban viendo películas de comedia.

Bajé sin más y me dirigí a la cocina, en donde una tenue luz brillaba. Al llegar, me encontré con Jimin de cuclillas frente al refrigerador, comiendo una rebanada de pastel. Coloqué los codos en la barra y me tomé tiempo para observarle.

Su cuerpo, envuelto en una bata de satén negro, se mecía lentamente mientras disfrutaba del postre. Tenía el cabello alborotado en la parte trasera.

—¿Estás saltando la dieta?

—¡Ay, Dios! —gritó Jimin, cayendo de espaldas en las losetas de la cocina— ¡Yoongi, pero qué susto!

—¿Qué haces comiendo a esta hora? —reí.

—V-Vine por agua —habló incorporándose—, pero vi el pastel y... no pude resistirme...

Amigos [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora