Capítulo 13

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[Yoongi Pov]

Me aclaré la garganta mientras esperaba a que Jimin abriera la puerta. Había pasado una semana desde que me invitó a tomar un trago en su departamento. La construcción de Singularity nos tuvo bastante ocupados por lo que decidimos reunirnos un viernes al terminar nuestra jornada laboral.

Por alguna razón, me sentía nervioso. Al otro lado de la puerta me encontraría con la más grande intimidad de Park Jimin: su hogar.

Mi reloj vibró, observé la pantalla cuarteada con un corazón apareciendo en el centro. Levanté la otra mano para enviarle a Yiseo algunas vibraciones, antes de que mi dedo tocara el reloj, se abrió la puerta.

—Llegas temprano —se asomó Jimin con un guante de cocina.

—Dijiste a las siete...

—Son las siete en punto —sonrió divertido—, había olvidado tu incorruptible puntualidad.

—¿Quieres que vuelva luego?

—No digas tonterías —abrió completamente y se recargó en el marco—, pasa.

Pulcro, así describiría su departamento. Todo era blanco con matices de color gris. Había muebles elegantes, bastante finos. En el centro de la sala de estar, pendía un candelabro pequeño de cristales transparentes.

Me quité los zapatos y por un momento me detuve al observar junto a mis pies un par de mocasines que conocía a la perfección. Nadie usaría algo tan extravagante y a la moda como Taehyung.

—¿Taehyung está aquí? —miré a Jimin desde la entrada.

—No, esos zapatos llevan ahí más tiempo del que puedo recordar —respondió con una risita.

No pude imaginarme a Kim Taehyung pasando la noche con Jimin.

Me coloqué unas pantuflas blancas y seguí a mi amigo hasta la cocina. Olía a galletas horneadas. El comedor de cristal, tan amplio como para una familia grande, sostenía en el centro un canasto de frutas de porcelana.

—¿Tienes hambre? Pedí comida a domicilio pero me encargué personalmente del postre.

Observé la estufa recargando los codos en la isleta, dentro del horno había bolitas de masa comenzando a inflarse. Una sonrisa enorme se dibujó en mis labios, sentí un calor recorrerme el pecho.

—No me digas que...

—Sí —asintió orgulloso—, aprendí a hacer las galletas que nos preparaba mamá.

—¿Son tan deliciosas como las suyas? —coloqué el mentón sobre mi mano.

—Tendrás que probarlas para descubrir si he aprendido correctamente la receta.

Dentro de su hogar, Jimin no parecía el chico vanidoso y coqueto que paseaba en BitHit Constructions. Ahí dentro, usando un guante de cocina, un pantalón amplio y una playera que descubría uno de sus hombros, parecía el mismo Jimin de mi adolescencia.

Por un rato me limité a observarle, Jimin siguió haciendo las galletas con una sonrisa en el rostro. Me sentí muy feliz de verle tan cómodo, de que se moviera con total naturalidad sin necesidad de pláticas o cortesías forzadas.

"¿Así habríamos terminado si no se hubiera ido de Daegu?" pensé mientras se retiraba los guantes.

—¿Esperamos a que estén listas en la sala? —me miró.

—Sé mi anfitrión, te seguiré a donde sea.

Me llevó a una pequeña terraza frente a la habitación principal. Sentí mucha curiosidad por ver el interior de su recamara pero la puerta apenas me dejó entrever una alfombra gris.

Amigos [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora