Capítulo 29

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[Jungkook Pov]


"¿Podrías darme un poco de tiempo? Lo mejor será distanciarnos unos días"


Lancé el teléfono a la cama, dejé un rastro de gotas hasta volver al baño. El sonido predeterminado para los mensajes de Taehyung me habían hecho salir de la bañera a toda prisa, lamentablemente, no escribió lo que yo esperaba.

Supuse que a estas alturas, y conociendo la personalidad de Kim Taehyung, él ya le habría confesado lo que pasó entre nosotros a Park Jimin.

Creí que Jimin no era de los que perdonan ese tipo de cosas, de los que no están dispuestos a perdonar ni el más mínimo error en alguien, sin embargo, el mensaje de Taehyung me demostraba que seguían juntos.

Limpié el espejo empañado, mis dedos abrieron el espacio suficiente para que me viera. Observé mi cuerpo, la toalla envuelta en mi cintura, las gotas que caían lentamente por los mechones de mi cabello y los tatuajes en mi brazo y hombro.

No me parecía en nada a Park Jimin, en Jeju tuve la oportunidad de verle con el torso desnudo y ropa de baño. Éramos un antónimo de carne y hueso, lo opuesto de Jimin, sería mi nombre, Jeon Jungkook.

Pensé en lo que Taehyung buscaba en las personas, en lo que arrebataba su atención y desvelo. Lo que había visto en Jimin era muy obvio, todos parecían adorarlo y también maravillarse de su belleza. Pero en mí, ¿qué había visto? ¿qué le orilló a besarme?

—Ya no importa ahora —reí con desánimo—, te ha dejado claro a quién prefiere.

Su mensaje me había amargado el día, me había terminado de hundir en el abismo de su rechazo. Así que, sin nada más que pudiera animarme, salí aún envuelto en la toalla. Tal vez algo de comida me vendría bien, los domingos no suelo hacer nada más que echarme y perder el tiempo.

No obstante, si hacía aquella actividad hoy, terminaría pensando más y más en que Taehyung acababa de pedirme que me alejara. Me dirigí a la cocina en busca de ingredientes frescos para una pasta sencilla, lo único que encontré fue una cebolla y tres papas viejas.

Debido al nuevo libro que estaba editando, comencé a pedir comida a domicilio. La zona en donde se localizaba mi departamento estaba rodeada de restaurantes de todo tipo de comida, distinta en sabores y nacionalidad. Y ahora, no había nada en mi refrigerador.

—Mejor como fuera —suspiré.

Un pantalón deportivo y una sudadera fueron las primeras prendas que tocó mi mano en el clóset. No me preocupé por secarme el cabello, afuera llovía y seguramente iba a volver a estar húmedo.

Llamé a Hoseok para que me acompañara mas no respondió, a veces era imposible localizarle. Sin más, caminé con un paraguas hasta encontrar un restaurante de comida japonesa, se me hizo agua la boca de sólo imaginar un tazón caliente de Misoshiru. Desde pequeño amaba la gastronomía de aquel país. 

Tomé una de las mesas arrinconadas del restaurante, siempre detesté recibir las miradas curiosas de los transeúntes mientras comía, por lo que no solía ocupar mesas frente a los ventanales o balcones. 

—Ay, debe ser una broma... —mascullé. 

Kim Taehyung estaba a cinco mesas frente a mí.

¿Qué carajo hacía a dos cuadras de mi departamento? Su casa estaba a más de veinte minutos de distancia, era domingo y el día no pintaba como para salir por ahí a comer.

Amigos [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora