Amigos [YoonMin]

Capítulo 19

[Jimin Pov]

Levanté la mano hacia el cielo, la luz del sol contrastó con mi piel. Detrás de mis dedos estirados, las nubes recorrían lentamente el manto azul sobre nosotros. El viento fresco de Namsan hizo que mi pulsera de hilo rojo se meciera delicadamente en mi muñeca.

—Me gustaría poder volar —musité observando el cielo.

—¿Para qué querrías volar?

Miré a mi izquierda, Yoongi estaba recostado junto a mí, sosteniendo la cabeza sobre sus brazos. Una ráfaga repentina le agitó el cabello, éste se balanceó sobre su rostro, acariciando con sutileza sus párpados cerrados.

En nuestros tiempo libres solíamos venir aquí. Era una llanura oculta de la vista de todos, debajo de una pequeña colina a un costado de la construcción del museo.

Aunque cientos de máquinas y trabajadores se aglomeraban alrededor de la estructura de Singularity, aquel espacio era silencioso, tan apacible como si estuviera en medio del más profundo bosque.

—No sé —sonreí—, me gustaría saber qué sonidos hay en donde están las nubes.

—Quizá ninguno—abrió los ojos—, o tal vez se escuche el eco de la ciudad.

—Volaría allí todo el tiempo, y te llevaría conmigo...

Yoongi me miró con una sonrisa dulce en los labios, su tarjeta de identificación resbaló de su pecho y cayó junto a su hombro. Tenía ligeramente enrojecida la nariz, fruto de los rayos solares que calentaban su piel mientras inspeccionaba el trabajo de los ingenieros.

—Si me llevaras al cielo te llevarías un gran susto... —se rio.

—¿Por qué?

—Seguro me desmayo, sabes que le temo a las alturas.

—Pero yo te sostendría muy fuerte —sonreí.

—Desde tu traición con la araña ya no confío en tu lealtad.

—¿Hablas del día que te pisé el estómago?

—¿Cuál otro será entonces? —me miró ofendido— Me pisaste como a un costal de papas.

—¡Tú hiciste que la araña se fuera sobre nosotros! —protesté a carcajadas, comenzando a recordar nuestros gritos.

Yoongi negó sonriente y volvió a cerrar los ojos, esta rutina que habíamos creado para pasar un tiempo entre las hierbas verdes de Seúl, eran un respiro al ajetreo de nuestro trabajo, un tiempo que disfrutábamos para ser el Jimin y el Yoongi de antes.

—¿Entonces no irás conmigo al cielo? —pregunté luego de un momento sin hablar.

—¿Puedo ir en avión?

—No.

—Entonces no.

Me reí, Yoongi a veces era algo brusco; no me molestaba, siempre fue así. Seguí con mi mano levantada en el aire, observé mis nudillos, las cutículas que rodeaban la raíz de mis uñas recortadas.

A veces, una ensoñación por la vida se apoderaba de mi mente. En mi cabeza comenzaba a propagarse una calma empañada de melancolía, una melancolía hermosa. Pensaba en todo lo que había vivido desde mi nacimiento, rememoraba las veces que fui feliz y las veces que lloré.

Todo había sido escrito para que así sucediera, en mi historia estaba escrito tener a mis padres, conocer a Yoongi, a Taemin, a Namjoon, a Tae. Nada ocurría por casualidad, incluso si era triste.