Capítulo 36, EL FINAL

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4 Años después

[Yoongi Pov]



Jo Yiseo nació para usar un vestido de novia. Tuve aquella certeza grabada en el corazón cuando le vi a contraluz de los ventanales de la iglesia.

Jamás se vio tan dulce y frágil, jamás vi a una mujer tan hermosa. Su cabello trenzado ligeramente, reposaba sobre uno de sus hombros descubiertos y sobre cada nudo, había pequeñas flores blancas que embellecían el broche de cristales colocado en el centro.

Su vestido era de línea, lleno de encajes y telas transparentes que se contrastaban en tonalidades beige; había un listón blanco alrededor de su pequeña cintura. 

En el cuello llevaba un collar de diminutas perlas blancas, su eterno flequillo largo dejaba entrever sus hermosos ojos. Una sonrisa entusiasmada se dibujó en sus labios cuando mi vio.

Mis mejillas se encendieron, no podía dejar de mirarla y maravillarme de lo radiante que se veía. Atravesé el pequeño espacio con el corazón dándome un vuelco.

—¿T-Te gusta? —preguntó sonrojada, levantando levemente los encajes del vestido.

—¿Que si me gusta? —sonreí— Yoyo, eres la novia más hermosa que he visto en toda mi vida.

—¿De verdad? —le brillaron los ojos.

—¡Por supuesto! Sólo mira mis manos...

Extendí los brazos hasta ella para mostrarle mis trémulos dedos. Soltó una risita y me atrajo hasta ella para abrazarme.

Con cuidado de no arruinar sus ropas, la estrujé cariñosamente entre mis brazos. El exquisito aroma de su perfume viajó hasta embriagar mis sentidos, el calor de su pequeño cuerpo y la textura de su suave piel me hizo sentir en paz, alegre.

Al separarme de ella, me apresuré a limpiar la lágrima que amenazaba con correrle el maquillaje.

—No llores a menos que quieras parecer un mapache el día de tu boda.

—Es sólo que estoy muy feliz de que hayas venido a verme —musitó conmovida.

—No podía perderme este día por nada.

Sus labios volvieron a curvarse en una sonrisa empapada de felicidad, en sus ojos refulgía la luz de todo lo que habitaba en su alma llena de ilusiones. Me fue imposible no sentir que mi corazón se llenaba de su gozo.

—Seojun es muy afortunado, lo digo por experiencia.

—Ya es muy tarde para que me pidas volver —sonrió divertida.

—¿De verdad? —fingí un gesto triste— Afuera tengo el auto listo para que huyamos...

Sus hombros temblaron producto de su tímida carcajada. Después de tanto tiempo, conseguimos rescatar lo más bello entre nosotros: nuestra amistad.

Tras el dolor de nuestra despedida, ambos tuvimos el tiempo necesario para sanar, para olvidar los daños y comenzar de cero. Creamos un fuerte lazo que nos mantuvo firmes en los momentos más duros de nuestra ruptura.

Gracias a ello, pude verla sostener su título como Médico Obstetra, escuché por teléfono la ilusión que tuvo al recibir a su primer paciente. Le sonreí con toda sinceridad cuando me dijo que tendría una cita, me alegré por ella cuando comenzó su noviazgo y lloré de felicidad cuando la invitación a su boda llegó por correo hasta Seúl.

Amigos [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora