capitulo 34

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La pasión de los besos de Alexander me volvían loca, la agilidad de su lengua, los gruñidos que salían de su garganta y como me sostenía con fuerza para no alejarme de su cuerpo, estaba a punto de perder el control, la falda de mi vestido estaba enrollada en mi cintura y el escote bajado, yo no podía dejar de jadear, mi cuerpo me traicionaba de la manera mas vil posible, estaba caliente, mi entrepierna empapada y jadeos y gemidos escapaban de mi boca cada vez que Alexander llevaba uno de mis pezones a su boca.

—Alex... Alex yo ¡Dios mío espera! —le pedí cuando su mano se escabulló en el interior de mi  ropa interior.

—¿Qué sucede?

—Estamos en casa ajena.

—Entonces vamos a la tuya —me pidió antes de robarme otro beso.

—No puedo, mi mamá no te aceptara.

—Entonces vamos a hablar con tu madre.

Mientras trataba de acomodarme el vestido Alexander me veía fijamente desde la cama.

—Estás más delgada —me dijo colocándose de pie.

—Sí, lo sé, casi toda mi ropa me dejó de quedar.

—Supe que Aaron se casó ¿En qué quedó eso?

—Vencimiento de términos, puse la denuncia por agresión por ti pero tu madre la anuló antes de  irse, al parecer ellos si que tienen poder.

—¿Y tu denuncia?

—Tuve que quitarla, no pude seguirle pagando al abogado.

Alex soltó un suspiro antes de colocarse de pie y rodearme con sus brazos.

—No sabes cuanto lo siento Larissa.

—Eso da igual, tengo que  irme, ya es tarde y mañana debo ayudar a mi madre con —

—¿No pasarás la noche conmigo?

—¿Qué? Por supuesto que no.

—¿Por qué no? Larissa soy tu esposo, debes dormir conmigo.

—¿Y volver a arriesgarme a que venga tu madre y mueva sus artimañas para hacerme daño? Creo que ya sufrí lo suficiente.

—Ella no vendrá dulzura, te lo prometo.

—No confió.

Me zafé de su agarre y caminé hacia la puerta dejándolo atrás, la casa estaba sola, solo Mavis estaba en la sala con Paulette.

—¿Todo bien? —me preguntó Mavis colocándose  de pie.

—Hora de ir a casa, veo que se acabó la fiesta.

—Te llevaré —dijo Alexander rápidamente.

—No, tomaré un taxi, no te preocupes —le alegué rápidamente caminando hasta la puerta.

—Larissa tu ¿En serio no piensas volver con Alex? —me preguntó Paulette caminando hacia mí.

Yo agaché la mirada.

—No lo reconozco, él no es mi Alex.

—Larissa no digas eso —él se acercó a mí pero yo abrí la puerta tratando de escapar—. De verdad lamento todo esto, de verdad lamento lo que sucedió, solo quiero arreglarlo.

Yo levanté la cabeza y me giré para mirarlo.

—¿Para qué arreglarlo si tu familia lo va a volver a arruinar?

Cerré  la puerta antes de que él siguiera alegando y prácticamente corrí hasta la calle.

—¡Larissa! —Alexander apareció detrás de mí.

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