capitulo 1

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—Y prometo amarte y respetarte hasta el fin de mis días —Juró Aaron frente al sacerdote—. En la salud y en la enfermedad...

—Y yo prometo amarte y cuidarte hasta el fin de mis días —le respondí con emoción—. En la pobreza y en la riqueza...

—¡Por el poder que se me ha concedido los declaro a ustedes marido y mujer! —entonó el sacerdote provocando jubilo y emoción en los casi cien invitados—. ¡Puede usted besar a la novia!

Aaron agarró mi rostro con mucha delicadeza y unió nuestros labios de una forma muy casta, casi como si se avergonzara de besarme frente a todos, cuando nos separamos todos nuestros familiares estaban de pie brindándonos calurosos aplausos y sonrisas, caminábamos agarrados de manos por el pequeño camino marcado por una alfombra color rojo hasta la puerta de la iglesia con una enorme sonrisa en nuestros rostros y mucho ánimo en nuestro andar.

—Por fin mi esposa —me susurró Aaron antes de estrecharme entre sus brazos.

—¡Soy tan feliz en este momento, mi amor! —le exclamé con alegría.

Después de recibir felicitaciones por parte de todos nuestros invitados fuimos llevados hasta la casa de los padres de Aaron, la familia Rudd era una de las más influyentes en el pueblo, su padre era el mejor vendedor de bienes raíces y su esposa era "la presidenta de la moralidad del pueblo", en realidad era la líder de la comunidad de los olivos de la iglesia local pero creía que lo que hacía por la comunidad era más grande que simplemente ser "una líder", mientras hacíamos el brindis veía con una sonrisa a mi esposo.

—¿A dónde iremos de luna de miel? —le pregunté después de sentarnos a comer el pastel.

—No habrá luna de miel, mi amor —me miró—. Tengo trabajo ¿Recuerdas?

—Oh... cierto —dije tratando de disimular mi decepción.

—De igual forma ¿Para qué irnos de luna de miel? Haríamos lo mismo que vamos a hacer en nuestra casa ¿No te parece?

—Si, tienes razón...

A pesar de llevar cinco años como novios Aaron y yo nunca hemos tenido relaciones, me conservé casta para él y por fin me entregaría a mi primer y único amor por completo, mientras íbamos en el auto yo trataba de controlar los latidos de mi corazón, cuando llegamos al hogar que tanto habíamos deseado habitar por meses caí a la realidad, ese día sería el día en que él dejaría verme como su romance de secundaria y pasaría a ser su mujer.

Mientras caminaba hacia la puerta de nuestra pequeña casa en los suburbios sentía que iba a flaquear en cualquier momento por culpa de los nervios, Aaron sostuvo mi mano con mucha fuerza y no dejaba de sonreír, eso me hizo sonreír a mí.

Entramos a la casa y yo admire mi alrededor, no era como yo hubiera querido, todos los muebles y decoraciones eran clásicos y elegantes, aún cuando le había dicho a mi suegro que mi gusto era más minimalista y con colores crema al parecer él solo me ignoró, pero no importaba, en ese momento solo importábamos nosotros dos.

Estuve encerrada en el baño por un buen tiempo tratando de relajar mi mente y mi cuerpo, mi esposo me esperaba afuera con algo de impaciencia pero necesitaba un momento, nunca me había vestido tan sexy en mi vida, la lencería blanca escogida por la vendedora no dejaba nada a la imaginación, el sostén de encaje blanco, la panty de encaje bombacho, las medias veladas hasta el muslo y el sensual ligero de encaje, todo esto era demasiado para mí, cuando unos golpes resonaron por todo el pequeño espacio yo pegue un brinco.

—Mi amor ¿Está todo bien? —me preguntó Aaron desde el otro lado de la puerta.

—S—sí, ya salgo —le respondí con la voz temblorosa.

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