—¿Qué sucede? —pregunté caminando hasta la sala.
—¿Por qué llegas tan tarde? —me preguntó su madre.
—Tenía que hacer inventario de libros, si no me cree llame a la directora —le respondí de mal humor.
—Larissa —me regañó Aaron—. Estamos aquí porque queremos hacer una intervención contigo.
—¿intervención? —observé a todos completamente confundida—. Lo siento, yo nunca he usado drogas.
—Las intervenciones no solo tratan sobre drogas —intervino el cura de manera pausada—. Se trata sobre los problemas que tenemos y que no sabemos cómo enfrentar.
—Discúlpeme señor pero ¿Está diciendo que tengo un problema?
—Nadie te está acusando de nada —habló el padre de Aaron—. Solo queremos saber que sucede contigo ¿Por qué tantos problemas con Aaron?
—¿Quiere saberlo? Bien, se lo diré, su hijo me ha tratado de todas maneras menos como una esposa y eso me tiene molesta.
—Los problemas entre parejas recién casadas son algo normal, están conociéndose como esposos y es normal pero ¿Pedir un divorcio por una pelea? —Preguntó el cura—. Hija mía, eso no está bien, debes tomarte tu tiempo, el divorcio es algo delicado.
—Primero que todo yo nunca le pedí el divorcio, le pedí respeto y segundo que todo, sé que el divorcio es algo delicado, pero no soy feliz y a él no le interesa si yo lo soy o no.
—¿Por qué dices que no me interesa? —preguntó Aaron ofendido.
—Dime algo, cariño ¿Alguna vez me has preguntado que quiero hacer? ¿A qué me quiero dedicar? —Lo miré fijamente—. ¿Te has tomado la molestia de preguntarme como fue en mi día?
—Larissa, tu escogiste la vida de casada y ese es el mejor trabajo que una mujer puede tener —alegó su madre—. Solo necesitas acostumbrarte a obedecer y a mantener en orden tu hogar.
—No necesito acostumbrarme —me coloqué de pie—. Necesito que mi esposo se interese por mí así como espera que yo me interese por él.
Caminé hasta las escaleras pero fui detenida por la madre de Aaron, para mi sorpresa y desagrado, la mujer clavó su palma con fuerza en mi mejilla.
—¿Qué rayos le pasa? —pregunté cubriendo mi mejilla y retrocediendo.
—¿Cómo te atreves a insinuar que mi hijo es un mal esposo cuando tu ni siquiera has podido quedar embarazada? —Preguntó la mujer con obvia molestia—. Respeta a mi hijo, él te mantiene, él te da tu comida y tu ropa, se agradecida, Larissa, por primera vez en tu vida se agradecida.
—No me vuelva a tocar señora, que Aaron sea mi esposo no quiere decir que usted tenga el poder de golpearme —le musité enojada—. Y si usted espera que sea agradecida ¿No cree que es suficiente agradecimiento tenerle los calzones limpios a su hijo todos los días? ¿O es que no es suficiente?
—¡Larissa! —Exclamó Aaron—. Mamá, ya basta.
—Piensa bien lo que haces, hija —el cura me miro con pena—. Ante los ojos de Dios el divorcio es una blasfemia.
—No se preocupe, señor, lo sé muy bien...
Subí las escaleras dando pasos fuertes y cerré la puerta con fuerza ¿Cómo se atrevía a involucrar a sus padres y al cura en esto? Eso me molestó mucho, me coloqué mi pijama, me acosté sobre la cama y traté de dormir, pero cuando pude cerrar los ojos él entró.
—¿Podemos hablar como personas civilizadas? —Preguntó sentándose sobre la cama—. Pensé que eras feliz siendo una esposa, atender tu hogar y todo eso, de verdad lo pensé.
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entre libros
Romance"Erase una vez una chica que se casó joven y después encontró al amor de su vida" Para La joven y recién casada Larissa Novak su vida había sido perfecta, se acababa de casar con su primer amor de secundaria y trabaja como bibliotecaria en su antig...