capitulo 3

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Cuando llegué a casa me dediqué a terminar el aseo y a preparar una deliciosa pasta para la cena, me sentía feliz, me sentía tranquila y relajada, cuando Aaron llegó a casa lo saludé con más animo de lo normal y mientras comíamos le hablaba de lo increíble que me fue, pero por alguna razón no me animé a hablarle de Alexander y no lo mencioné en toda la cena.

Ya en la noche mientras estamos haciendo el amor yo trataba de concentrarme en la sensación de su miembro entrando y saliendo de mí, esperaba un orgasmo, sentir que mi cuerpo vibrara y estallar en sus brazos pero Aaron terminó justo cuando ese cosquilleo apenas estaba creciendo dentro de mí, se arrojó a mi lado y no podía dejar de jadear.

—Te amo... —murmuró sin aliento.

—También te amo —le respondí—. ¿No te gustaría volverlo a repetir?

Él giró su cabeza y me miró  con sorpresa.

—No tengo aliento mi amor —su mano empezó a acariciar mi cabello—. Mañana lo volveremos a hacer.

—Está bien amor —murmuré con una tímida sonrisa pero algo decepcionada.

El viernes llegó y hoy por primera vez debía estar sola en la biblioteca, pero para mí suerte hoy no estaría sola en parte de la mañana ya que la profesora de literatura iba a ejecutar una actividad, los estudiantes de último año debían escoger un libro, leerlo y hacer un resumen a final de la clase.

—¡Y recuerden! —Les llamó la atención la mujer—. ¡Nada de escoger libros de la sección prohibida!

—¿Y por qué? —preguntó uno de los estudiantes.

—Porque esto es literatura, no clases de educación sexual.

La profesora se sentó a mi lado y empezó a revisar algunos exámenes mientras uno que otro estudiante caminaba por el lugar buscando libros mientras otros se anotaban en la planilla, todos se sentaron en las mesas y empezaron a leer devolviéndole su silencio al lugar.

—¿Dan clases de educación sexual? —le pregunté a la profesora en voz baja.

—No es obligatoria pero si.

—¿Es como una electiva?

—Algo así —la mujer dirigió su mirada hacia mí—. Las cosas cambiaron mucho después de tu generación.

—¿Por qué?

—Con tus compañeros se presentó un incremento en embarazos que prácticamente escandalizó al consejo escolar así que la secundaria se vio obligada a dejar de promocionar la abstinencia e implementar un plan de prevención.

—¿Y los padres que dijeron sobre eso? 

—A ellos solo les importa que sus hijas terminen la secundaria sin bebés, solo unos cuantos pelearon así que en vez de ser obligatoria se convirtió en una electiva ¿Y tú?

—¿Yo que? —pregunté confundida.

—Bueno, te casaste con Aaron Rudd hace ¿Qué? ¿Dos meses?

—Si ¿Qué tiene?

—Que por lo que veo —bajó la mirada un momento—. No hay bebé...

—No, aún no ha sucedido —respondí avergonzada.

—Qué extraño.

—Demasiado —solté un suspiro.

Fueron dos algo cortas horas charlando con Mavis acerca de los cambios que ha tenido que hacer la secundaria, el equipo de soccer ya tenía un equipo de porristas y distintos grupos de lectura habían sido creados pero casi nunca veían a la biblioteca, el baile escolar ya no coronaba a un rey y a una reina ya que eso "impulsaba el favoritismo y la preferencia entre los estudiantes" lo cual me pareció algo tonto, a la hora del almuerzo tuve un pequeño debate ¿Tomaba asiento en la mesa donde se sentaba Paulette o con los profesores? Me detuve un momento en la mesa intentando descifrar que hacer.

entre librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora