Tenía mi mirada fija en la batidora, la crema de mantequilla color azul estaba casi lista, gracias a mí ya oficial relación con Alexander fui invitada a la fiesta del cuatro de julio que daría la escuela y era misión de mi madre y mío decorar la mesa que sería colocada en la cancha de baloncesto, estábamos prácticamente bañadas en crema y mezcla pastelera pero al menos habíamos logrado terminar todas las masas.
—¿Lista para decorar? —le pregunté a mi madre con una sonrisa.
—Lista —dijo ella animada.
Mi madre nunca se había visto en la obligación de trabajar por dinero, la pensión de mi padre era suficiente para vivir bien pero desde que él se fue tuvo que aprender a ganarse el dinero por sí misma, mientras la veía decorar los pequeños cupcakes con la manga pastelera la analice un momento, a eso se refería Alexander cuando habló de encontrar la felicidad, con encajar, con encontrar tu lugar y sentirte feliz con lo que tienes y con la forma en que la obtienes, en como ves tus esfuerzos volverse ganancia y como poco a poco le tomas amor a lo que te beneficia y sobretodo, te hace feliz, ese era el estado en que estaba viviendo mi madre, estaba en una posición en la que amaba lo que hacía y se sentía feliz por hacerlo, sonreí como una tonta en ese momento, amaba verla feliz y me hubiera fascinado que papá estuviera aquí para verla sonreír de verdad.
Después de llevar los cupcakes a la escuela y de organizar la mesa fui al árbol que estaba a un lado de la cancha de fútbol para descansar, me ardían las plantas de los pies y podía sentir los nudos en mi espalda, necesitaría un masaje para el final de la noche, de repente una manzana roja apareció frente a mí y yo sonreí antes de levantar la mirada.
—Supongo que estas aburrida del azúcar granulada —dijo Alex sentándose a mi lado.
—No te imaginas –le replique antes de morder la manzana—. ¿Qué haces aquí?
—El ambiente allá adentro está aburrido ¿Explícame porque venir a la escuela en un día festivo? Eso es tonto.
—Todo lo que sucede en esta escuela es extraño —volví a morder la manzana—. ¿Y tus padres?
Alexander soltó un suspiro.
—Aún no se han ido, hablé con Paulette y está enojada contigo —me miro con algo de vergüenza—. Por lo de Molly.
—Supongo que debo disculparme con Paulette por eso, pero ciertamente no tengo ánimos de hacerlo, Molly es una grosera y estoy algo cansada de que me ofendan, los Rudd, tus padres, ella —agache la cabeza—. Es simplemente demasiado para mí.
Levanté la cabeza y mis ojos se cruzaron con los de Alex, me miraba con algo de tristeza, me rodeo con su brazo, me dio un tierno beso en la frente y así estuvimos hasta el atardecer, después fuimos cada uno a su casa a vestirnos.
Un tierno vestido rojo con escote en forma de corazón envolvía mi cuerpo, unos tacones de tiras y el cabello recogido en un moño, así me presenté frente a Alex, quien me esperaba en la sala.
—¿Y tu madre? —me pregunto después de darme un beso.
—Está agotada y ciertamente yo también, pero quiero estar contigo un rato, así que mientras tú y yo estamos en la reunión ella se dedicará a dormir.
—Entonces eso quiere decir que cuando volvamos tu madre estará dormida —dijo de manera seductora.
—Algo así...
—Interesante —acercó sus labios a mi oído—. Quiero profanar la cama que Aaron nunca pudo.
Yo comencé a reír y me separé de él dándole un suave empujón a su pecho, pero Alex seguía teniendo esa sonrisa pícara en su rostro.
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entre libros
Romance"Erase una vez una chica que se casó joven y después encontró al amor de su vida" Para La joven y recién casada Larissa Novak su vida había sido perfecta, se acababa de casar con su primer amor de secundaria y trabaja como bibliotecaria en su antig...