capitulo 15

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Esperé a que Aaron llegara al medio día con comida, con algo de sopa o algo así, pero no fue así, cuando lo llamé simplemente me dijo "pide algo a domicilio, no iré a almorzar" y eso me hizo sentir peor ¿Tan poco le importaba? Y para empeorar mi ánimo él ni siquiera me llamó en todo el día, no me preguntó cómo estaba ni como me sentía, cuando llegó en la noche yo hice la cena y mientras estábamos sentados en la mesa esperé a que dijera algo, pero no, no me preguntó nada.

—No me has preguntado cómo seguí —le dije.

—Si cocinaste significa que estas bien —respondió mirándome—.Ya te veo de mejor color así que ¿Para que preguntar cariño?

—Ya me llegó el vestido para la fiesta de ex alumnos ¿Quieres verlo?

—No, te lo veré puesto ese día, mejor dame la sorpresa —me sonrió.

—Está bien cariño —le brindé una muy falsa sonrisa.

—¿Y tú no me preguntarás como me fue hoy?

—Te veo de buen humor así que supongo que bien.

Su rostro cambió.

—Si claro, porque ni siquiera te interesa.

—Bueno, como tú dices que soy mala en matemáticas...

—Sí, mejor no hablemos de eso, que flojera tener que explicarte hasta lo más mínimo.

—No me trates como estúpida, Aaron —lo regañé.

—Tú eres la que estas actuando como tal, Larissa, fingiendo que tienes carácter fuerte.

—¿Pero qué es lo que te pasa? ¿Por qué me hablas de esa forma?

—Escucha, estoy cansado y no estoy de humor para seguir con esta conversación —se colocó de pie—. Te espero en el cuarto, no se te olvide dejar la cocina limpia.

Y así sin más subió por las escaleras, no tenía ganas de llorar, no estaba triste, estaba furiosa, enojada y con ganas de lanzarle algo en la cabeza ¿Desde cuándo era tan irrespetuoso? ¿Por qué esa actitud? Pero no le daría el gusto de entrar a esa habitación como si nada, lavé los platos, apagué las luces, cerré las puertas de la casa y me acosté sobre el sofá, ahí quedé dormida.

Un baño de agua fría me despertó haciéndome gritar, me levanté de golpe del  sofá y lo primero con lo que me encontré fue con el rostro de Aaron enojado, tenso y sombrío con un balde vació en sus manos.

—¡¿Por qué hiciste eso?! —le espeté tratando de sacudir el agua de mi cuerpo.

—¿Por qué dormiste acá? —me preguntó arrojando el balde al suelo con fuerza haciéndome retroceder.

—Porque estaba molesta contigo Aaron, aún lo estoy.

—¿Y ahora por qué tontería estás molesta?

—¿Tontería? Me sentía horrible ayer y te fuiste, ni siquiera me llamaste para preguntarme como seguía y cuando llegaste y por fin pasamos tiempo me trataste como estúpida ¡¿Te parece eso una tontería?!

—Estaba ocupado Larissa, sabes como es mi trabajo y me pides cosas tontas, si querías atención simplemente debías llamar a tu madre o algo así.

—Mi madre está cuidando a mi padre, apenas si tiene tiempo para venir a verme.

—Entonces hubieras llamado al tipo del carro que te llevó a casa de tus padres.

Yo suspiré.

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras —me dirigí hasta las escaleras—. Ya no te reconozco Aaron, tú no eres el hombre del que me enamoré.

Subí las escaleras sin esperar que me siguiera, me encerré en el cuarto y me metí al baño, cuando salí Aaron estaba en el cuarto ya vestido y sentado sobre la cama, sin importarme nada me sequé y me vestí frente a él pero apenas si lo notó, hasta que me senté frente al tocador y me apliqué labial rojo.

entre librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora