Bibliotecaria, bibliotecaria de la escuela secundaria, el lugar en donde estudié, en donde conocí a mi esposo y en donde viví los mejores momentos de mi vida, mientras me vestía me admiré un momento en el espejo para corroborar que todo estuviera perfecto, normalmente salía de la casa para hacer compras o hacer mercado pero ahora era diferente, así que no me vestí con mi típica ropa de casada, me coloqué unos pantalones clásicos negros y una blusa de botones color azul celeste, unos zapatos cerrados y recogí mi rojizo cabello con una cola de caballo, cuando bajé hasta la sala ya mi esposo se encontraba en la puerta esperándome, me miró con una sonrisa, me abrió la puerta y salimos agarrados de la mano.
—Estoy muy emocionada —admití con una sonrisa mientras lo observaba conducir.
—Me alegra que lo estés —me respondió sin quitar la mirada de la carretera—. Yo solo espero que un bebé llegue pronto.
—Yo también lo espero ¿Qué te gustaría? ¿Niño o niña?
—Niño, que continúe con mi apellido.
—Sí, un niño seria lindo —volví a sonreír—. ¿Y cómo lo llamaríamos?
—Como yo, es obvio.
—Estaba pensando en llamarlo como mi padre, Augusto —le confesé con emoción.
—Como quieras —sacudió la cabeza—. Ya llegamos.
Dirigí mi mirada hacia el enorme edificio escolar, la directora Tory estaba de pie en la puerta esperándome con una sonrisa tranquila, cuando bajamos del auto prácticamente corrí hacia la mujer para abrazarla, hacía mucho no la veía.
—Hola señora Tory!
—¡Larissa! Es un placer verte —me alejé de ella para recibirle el saludo—. Estás tan hermosa como siempre.
—Gracias...
—Bien señora Tory, aquí esta —habló Aaron detrás de mí—, yo tengo que irme a trabajar, adiós cariño —me dio un rápido beso y se alejó.
—¡Que te vaya bien! —le grité sacudiendo mi mano para despedirlo.
—¡Adiós!
Cuando subió a su auto y se fue yo me adentre al edificio con la señora Tory.
—Bueno Larissa, te explicaré un poco lo que sucede, la señora Paulette se pensionará el viernes y necesita un reemplazo, Aaron me comentó que este empleo seria solo hasta que haya un pan en el horno así que firmarás un contrato indefinido ¿Te parece bien?
—Si claro, me parece perfecto.
—Bien, la señora Paulette te explicará lo que tienes que hacer —dijo antes de que nos adentráramos en la biblioteca.
La señora Paulette era algo mayor, con el cabello canoso, no había cambiado nada, su cabello canoso seguía igual, su postura un poco encorvada y su mirada dulce, nada había cambiado en ese lugar.
—Tu trabajo será sencillo —dijo la mujer mientras caminábamos por los estantes—, tienes que organizar los libros que los niños dejan sobre las mesas, el orden es primordial en este lugar ya que si un profesor necesita un libro y no está en su lugar te meterás en problemas, segundo, por obligación del ministerio de educación debemos tener una sección de educación sexual, los padres no saben eso —me murmuró para después levantar la voz—, pero estos niños son más inteligentes de lo que aparentan, tu misión es vigilar que los menores de quince años ni siquiera ingresen en esta sección —señaló un pequeño estante al lado de una pequeña mesa.
—¿Y los mayores de quince años si entran acá? —pregunté con algo de humor.
—Las cosas no son como eran cuando tú estudiabas aquí Larissa, ahora a las chicas les interesa leer libros, quieren matonear con conocimiento.
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entre libros
Romance"Erase una vez una chica que se casó joven y después encontró al amor de su vida" Para La joven y recién casada Larissa Novak su vida había sido perfecta, se acababa de casar con su primer amor de secundaria y trabaja como bibliotecaria en su antig...