calle
Cuando recibí la llamada de Mario, no sabía si sentirme feliz o nerviosa, tal vez sentía ambos, pero aun así tengo que estar precavida, no quiero dejar sola a poché mientras yo me voy a hablar con ese idiota, así que llamé a Juan Carlos.
_ hola Daniela, ¿pasó algo con poché?, me dijo preocupado
_ no, poché está bien, solo que me acaba de llamar Mario y me citó en una hora en el centro.
_ ¿quieres que vaya contigo?, porque tengo muchas ganas de darle una paliza que no olvidará.
_ créeme que me encantaría hacer eso Juan Carlos, pero aun no es el momento, pero te llamaba para preguntarte si puedes venir a la casa mientras yo salgo, no me gusta dejar sola a poché y mi hija.
_claro Daniela ahora estoy en el trabajo, iré a casa a dejar unas cosas y salgo para allá.
_ gracias Juan Carlos, lo espero - dije para después colgar, guardé mi teléfono y subí a la habitación donde está poche y mi hija, tuve que decirle lo que haría, ella estuvo insistiendo en acompañarme, pero yo no la quería cerca a ese idiota, ella se resignó y dijo que llamaría a valentina para que la acompañe mientras yo no estoy. Mientras más personas se queden al cuidado de mis princesas mucho mejor.
Cuando llegaron saludé muy rápido a ambos para luego despedirme de poché y dirigirme al centro a ver al imbécil ese. Estaba nerviosa porque en el saco llevaba una grabadora como me dijo Jorge, esperé en una mesa y pedí un vaso de agua para calmar mis nervios, pasó alrededor de diez minutos cuando vi llegar a Mario tan estúpido como siempre.
_ sí que eres puntual Daniela - dijo sentándose frente a mi
_ y por lo visto, tu impuntual - le dije tomando un trago de mi vaso, él me sonrió y puso los codos sobre la mesa para hablar.
_ seré directo Daniela, ¿pensaste en mi propuesta?
_ ¿sigues con eso Mario?, como puedes hablar así de tu hija.
_ mira Daniela a mi esa mocosa no me importa, solo quiero que me des el dinero, pero si no aceptas me veré obligado a hacerles la vida imposible, como ves ya presenté los papeles para "pelear" por mi adorada hija - Dijo sonriendo.
_ no puedo creer lo basura que eres Mario - le dije mirándolo con odio
_ eso no es nada Daniela, esa niña se puede morir y me seguiría importando una mierda - dijo con burla
No me pude resistir, me puse de pie, lo agarré de la chaqueta y lo levanté para que me mirara directo los ojos
_ mira pedazo de gusano, cuando hables de mi hija primero te la lavas la boca con ácido ¡¿me escuchaste?! - Le dije con mucha rabia, quería tomarlo del cuello y aplastarlo hasta que le deje de robar oxígeno a este mundo, pero tuve que contenerme.
_ yo hablo como se me da la gana, dime ¿quieres a tu adorada hijita? - me dijo con sorna
_ ¡claro que la quiero! - Le dije al instante sin soltarlo
_ pues acepta, dame el dinero y yo me voy, no volverán a saber de mi ¿Qué dices? Yo me voy con lo que más amo que es el dinero y tú sigues jugando a la familia feliz - Lo empujé con fuerza y algo se le callo del bolsillo, era un sobre pequeño de color blanco, era ¿droga?, él lo recogió de inmediato y se lo guardo, yo no iba a permitir que mi hija este con esa clase de persona, ahora tengo otra arma en contra de él que ni sueñe en acercarse a mi hija para lastimarnos.
_ ¡olvídalo!, mi hija no es un objeto para cambiarla con dinero, nos vemos en la corte, claro si tu petición procede - le dije sonriendo El apretó su mandíbula con fuerza para luego irse, pero no sin antes querer intimidar.