capitulo 61

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Poché

No había podido dormir en toda la noche, la voz de esa estúpida enfermera resonaba en mi cabeza, porque no podía dejar que calle se bañe sola, cada vez que intentaba dormir llegaban imágenes de calle y la enfermera en ese baño de hospital y no podía dejar que eso sucediera, nadie excepto yo puede tocar a Dani.

Estuve dando vueltas tratando de ver el modo de que nadie toque a calle cuando Laura entró por la puerta, ¿Qué hacia ella aquí? Ni siquiera sabía que estaba en mi casa.

_ ¿podrías dormir?, tienes que cuidar a mi sobrino – dijo bostezando y con los ojos cerrados.

_ no puedo lau, créeme que lo intenté, pero esas imágenes invaden mi cabeza y el sueño se esfuma – dije caminando de un lado a otro.

_ no me digas que todo esto es por lo de la enfermera que ayudará a Dani – dijo abriendo los ojos de a poco.

_ es que no puedo permitirlo Laura, tu viste como se comen con la mirada a MI NOVIA – dije sentándome en la cama.

_ si tanto te preocupa entonces ve tú y ayúdala – dijo cerrando los ojos nuevamente

_ yo no soy enferme.... – y se me iluminó la cabeza – lau eres la mejor, ahora ve a dormir que mañana te quedaras con anto un momento hasta que yo arreglo unas cositas

_ ok, pero ya duerme – dijo saliendo del cuarto

_ si ahora si lo haré – dije acostándome, Laura me dio una idea genial y para eso necesito despertar temprano, ahora si estaba contenta así que cerré mis ojos y me dormí casi que de inmediato.

A la mañana siguiente tal y como lo planeé desperté muy temprano, me puse la ropa que usaría con un abrigo lo suficientemente grande que me ayude a cubrirme, el resto de las cosas lo metí a mi bolso y salí despidiéndome de Laura y valentina que al parecer se quedaron a dormir en la casa y yo ni enterada, tengo que hablar con ellas, no quiero que piensen que mi casa es un hotel.

Manejé con cuidado, pero lo suficientemente rápido como para llegar muy temprano al hospital y rogaba para que no me reconocieran, estacioné el auto y me coloqué la peluca, me quite el abrigo y caminé muy rápido hacia mi destino.

_ ¿enfermera a dónde va? – dijo alguien detrás mío, no quería voltear a ver porque en verdad me daba vergüenza.

_ con la paciente calle, me pidieron ir con ella porque el señor German dejó muy claro que debían tratar bien a su hija – dije rogando que por favor no siga preguntando.

_ oh disculpe, continúe – dijo tratando de alejarse

_ dígale a todos que la señorita calle no puede recibir visitas hasta que se le informe lo contrario, el señor German es un poco exigente – dije viéndolo de lado

_ si no se preocupe, nadie la molestará

_ gracias – dije y seguí caminando hasta llegar a la puerta de la chica que me hace hacer las mejores idioteces de mi vida.

Al pasar, fui directo a buscar los implementos para curarla primero, para luego proteger su herida y pueda tomar el baño sin complicaciones, no dije nada hasta que ella me habló y se me hizo gracioso hablar diferente, no quería que me reconociera. Me le insinué y hasta la toqué provocándola, pero ella jamás me dio indicios de querer lastimarme, simplemente es perfecta, así que decidí parar con el jueguito y hablarle con mi voz que estoy muy segura que reconocerá de inmediato y no me equivoqué.

_ ¿lista para su baño? – dije acercándome a milímetros de su boca

_ claro – dijo con dificultad

mi mas bonita casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora