Capítulo 25... Suga...

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—Mierda, Yoongi ¡¿Qué haces aquí?!

La manera tan estrepitosa en que fue despertado, lo asustó. Sin embargo, gracias a ello, pudo abrir los ojos.

Hoseok estaba frente a él, preocupado y de cuclillas ¿Se había quedado dormido en el suelo? Rodó despacio hasta mirar al techo. No podía tener control alguno sobre su cuerpo agotado pero sabía donde estaba... era la alfombra de Brooklyn.

La alfombra era lo último que quedaba en ese diminuto departamento. Se peleó con la compañía de mudanzas, impidiendo que se la llevaran hace al menos tres meses ¿Qué habrá pensado ella cuando su alfombra no llegó? ¿Dónde se encontraba ahora?

Patético... Patético... Mil veces patético...

— ¿Está bien? —preguntó un hombre mayor desde la puerta.

—Lo estará —respondió su amigo mientras le ayudaba a sentarse, dándole una palmada en su hombro para animarle— ¿Verdad?

YoonGi se levantó de un salto y enseguida corrió hacia el baño para regresar todo lo ingerido. Alcohol en su mayoría.

¿Ni siquiera pudo soltar la botella de vodka? Esta seguía en su mano.

Tomó de ella otra vez, a pesar de lo mal que se sentía.

Al regresar a la sala, el hombre desconocido, se volvió familiar. Era el dueño del edificio y estaba entregando la alfombra a su amigo. De inmediato se acercó para tomarla en sus brazos.

—Señor Min, necesito que me de el duplicado de este departamento. No sé que clase de relación tuvo con la antigua inquilina pero es imprescindible que me devuelva la llave para poner el espacio en renta.

—No —fue lo que dijo el chico pálido, que ahora se veía aún más demacrado. Hoseok suspiró.

—Vamos, hermano. Déjalo ir.

—No, no quiero hacerlo —se alejó molesto, en cuanto su mejor amigo intentó recuperar la llave por si mismo—. Lo rentaré. Dígame cuánto pide —detuvo al castaño por el hombro para que no se acercara más e intentó persuadir al dueño.

—Lo siento, señor Min. Ya tengo a alguien en mente y por lo que dice su amigo, es mejor mantenerlo alejado de este sitio.

— ¿Le pagaste, verdad? —miró ahora a su amigo. El chico se detuvo— ¡No son tus malditos asuntos, Jung! —le tomó desprevenido por la ropa y le enfrentó furioso.

— ¡Ella escapó de ti, Min! ¡No va a regresar! —se quitó las manos de su ebrio amigo con fuerza—. Si de verdad quieres herirla ¡¿porque no vas a buscarla?! ¡¿Por qué no le dices ahora mismo al jefe, que quieres dejarlo todo para estar con ella?! ¡Vamos!... Lo imaginé ¡Así que deja de llorar y dame la maldita llave antes de que te rompa la cara!

Luego de estampar la llave en el pecho de su amigo, YoonGi tomó la alfombra con el poco equilibrio que tenía y se marchó de ahí.

[***]

Nadie más se atrevió a preguntar sobre Brooklyn desde que el chico que intentó seducirla al principio, fue golpeado por YoonGi.

Los negocios a su vez fueron prosperando, todos y cada uno. La banda comenzó a volverse famosa en la ciudad hasta que finalmente, los jefes de Yoongi, decidieron promoverlos más alto.

Claro, por eso las ganancias mejoraron mucho y más gente comenzó a verse involucrada.

"Tal vez tú no la estás vendiendo pero gracias a ti es porque la compran" Recordaba lo molesta que estaba Brooklyn cuando se enteró "Esto no está bien, nunca estuvo bien".

— ¿Cuándo vas a escribir una canción para mí?

— ¿Cuándo vas a dedicarme una canción en el escenario?

Las chicas que se sentaban a su lado, durante las noches en el club, siempre hacían las mismas preguntas. Nadie era como Brook, nadie realmente intentaba escucharlo. Sólo se acercaban a él por su fama y fortuna; aunque si se detuvieran a contar, no sería mucho.

Esa noche en especial, una linda chica se sentó a su derecha. Permitió que pasara, ya que pensó que algo sería diferente en ella. Se parecía mucho a Brooklyn. No obstante, mientras más hablaba resultaba ser lo mismo que los demás.

Extrañaba ver el tenue rojo de su rostro cuando la besaba y abrazaba. Esta chica no se sonrojaba en lo más mínimo.

Tuvieron sexo sí y no fue lo mismo.

Incapaz de contener sus propias emociones y pensamientos para sí mismo, le pidió que se quedara más tiempo. Es que no quería estar solo. Es que no quería recordarla.

Le suplicó incluso que fingiera atención, que lo escuchaba; que lo mirara a los ojos como si le importara, como si fuera todo en lo que confiara y al abrazarla, él pensaría que sostenía a su verdadera castaña.

¡Te odio, Brook!... ¡Ya no me gustas y te maldigo!... pero no te puedo olvidar. 

No te puedo borrar y estoy gritando tu nombre de nuevo... 

Dirty Laundry -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora