Dirty Laundry -SUGA- BTS

Capítulo 19... Suga...

Se había prometido alejarse de ella pero no pudo hacerlo, ni siquiera lo intentó.

Se mantuvo esperándola después de cada turno, acompañándola a casa o llevándola a alguna fiesta divertida; evitando que se distanciara después de lo que confesó.

¿Por qué era así con ella? ¿Por qué se sentía diferente?

Encontró otra de esas pastillas en el bolsillo de su pantalón mientras la chica intentaba desabrocharle los mismos. Se las había pedido a su amigo con desesperación, después de que aquel episodio volviera a su cabeza con tanta frecuencia.

Estaba a punto de ponerla en su boca, cuando sensualmente, Brooklyn se inclinó a besarlo y le aprisionó las muñecas contra el colchón, evitándolo.

En realidad, no necesitaba esas cosas cuando estaba con ella, Brook solía llevarlo mucho más alto.

Su cuerpo era perfecto, ella era perfecta. Cada que veía su desnuda figura, cada que la recorría con los dedos, sentía que admiraba una bella obra de arte.

Brooklyn jadeó cuando el chico la invadió tan despacio y por completo. No supo en que momento se invirtieron las posiciones pero en cuanto se arqueó, lo único que miró fue el techo y luego se hundió un poco más sobre las mullidas almohadas.

YoonGi empujó con firmeza, sosteniendo su cintura y haciéndola gritar bastante.

Una... dos... tres... ¡Oh!

— ¡Maldición! —gruñó el chico.

Sus suaves muslos se enredaron alrededor de la cadera ajena y sus cuidadas uñas, casi rasguñaron la pálida piel de su espalda.

YoonGi besó su cuello con devoción, caminos húmedos se formaron e invisibles succiones agudizaron todos sus sentidos.

— ¿Te gusta?

— ¡Sí! —su voz se elevó varias notas— ¡Diablos! ¡Sí!... ¡Así!

La sonrisa del chico fue arrogante pero ella no la notó. Le excitaba escuchar ese esfuerzo masculino cerca de su oído y también hacer algunas otras cosas para sorprenderlo todavía más.

Se miraron a los ojos; sus frentes se tocaron. Gimiendo cerca de sus labios, Brooklyn llegó con un fuerte grito y después de algunos movimientos más, YoonGi también lo hizo.

Unieron sus labios cariñosamente. Ella no pudo evitar aferrarse al chico.

"Creo que te quiero", quiso decir pero al igual que la primera palabra, no estaba segura.

Para la mañana siguiente, esperaba que la sensación disminuyera al menos un poco. Eso no ocurrió.

Cuando lo vio preparar el desayuno para ambos desde la silla donde cruzaba las piernas, ese jodido sentimiento no desapareció.

— ¿Sucede algo? —cuestionó él, poniendo los platos sobre la mesa; sentándose frente a ella.

—¿Ah?... No, nada.

— ¿Harás algo mañana? —enseguida lo miró; sin embargo, él no prestaba atención, había comenzado a comer.

Año nuevo... Las parejas siempre se reunían para recibir el nuevo año.

Diablos, debía estar volviéndose loca. No estaba pasando nada diferente entre ellos, entonces ¿Por qué deseaba que así fuera?

—Planeaba quedarme en casa —suspiró y finalmente, empezó a comer— ¿Acaso planeabas invitarme a una de esas grandiosas fiestas de las que todos en el estacionamiento hablan? —su tono juguetón, llamó la atención del blanquecino.