Yoongi arrojó al hombre inmóvil cerca de su jefe.
El señor para el que trabajaba, se encontraba sentado en un sofá; dentro de aquella bodega de mala pinta. Utilizaba ese sitio para realizar las actividades que no podía hacer a la luz del día.
La venganza contra sus enemigos era una de esas cosas.
Evidentemente, el pálido estaba herido; su cuerpo debía doler. Los años pasaban demasiado rápido para un cuerpo que se sobre-esforzaba físicamente.
Si YoonGi no quería tomar la vida de los enemigos, no significaba que ellos tuvieran la misma compasión por él.
Evadir y luchar contra sujetos armados, había sido divertido al principio. Le hacía pensar que era invencible y joven. Con los años, fue perdiendo pizcas de su destreza y su inmadurez.
A lado de su jefe había una silla, en esa silla una chica apenas consciente. Estaba amordazada y atada al mueble.
Su corazón ya latía lo suficientemente rápido por el enorme parecido que tenía.
No... No puede ser...
Cuando uno de los guardaespaldas alejó ese castaño cabello del rostro, su corazón se detuvo.
— ¡Hice todo lo que pediste! ¡Aquí está!
Intentó acercarse, desesperado. Todos los guardias delante del jefe, lo detuvieron.
—Lo sé —dijo el jefe— pero no necesitas más distracciones. Te llevó demasiado tiempo iniciar esto y además, sigue vivo —señaló al hombre yacente en el suelo.
Un grito furioso salió de lo profundo de su garganta.
Había mantenido su parte del trato. Se alejó de ella pese a lo mucho que le dolía hacerlo y siguió trabajando para ellos, con la condición de que nadie supiera de su existencia y estuviera a salvo.
YoonGi comenzó a golpear a todos los hombres que estaban más cerca de él, en la línea de guardia. Llegar al jefe le costaría un enfrentamiento con todos sus compañeros reunidos ahí.
El jefe pareció sorprendido de que el chico lo hiciera bastante bien con los primeros hombres, pese a sus malas condiciones. La chica debía ser realmente importante para él.
No entendía la razón. Era simple y ordinaria. Nada especial.
Una lástima que intentara llevarse a su mejor hombre. Su estrella en ascenso.
YoonGi había resultado la mejor inversión. Darle de comer cuando moría de hambre, había traído su lealtad como un perro, tal vez, como a un cachorro de lobo; porque luego, se mantuvo ahí únicamente por su pequeña manada.
NamJoon y Hoseok también eran buenos empleados aunque ninguno superaba a Yoongi. El pálido había decidido protegerlos y hacer todo el trabajo sucio por ellos. No le importaba mucho y menos cuando el mayor se negaba a matar a sus rivales; aunque se maravilló cuando a pesar de su estúpida regla, lo logró.
No le daba muchas esperanzas, no apostaba por él y logró cumplir con todas sus expectativas.
Ahora, antes de que lo ascendiera a uno de sus guardaespaldas más cercanos, el chico blanquecino se enamoró... y como sucedía con todos los que amaban, se volvió vulnerable.
Secuestró a la chica antes de que cualquiera de sus enemigos lo hiciera y cambiara la lealtad de Suga. Debía mantenerse siempre de su lado.
Fue muy desafortunado que el chico aún la encontrara con vida. El plan era sólo darle el cuerpo de su amada para que le pudiera llorar.
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Dirty Laundry -SUGA- BTS
Fiksi PenggemarLa primera vez que se conocieron fue cuando ella compró una soda y de ahí, siguió tomando una serie de malas decisiones. Hay algo dulce en sus ojos, algo puro en lo que él no se debería entrometer... Suga sabe que la «ropa sucia» se acumula en su h...