Capítulo 10... Suga...

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Dejarla ir de su departamento, sin obtener nada de ella, no parecía ser la mejor de las ideas pero tampoco quiso retenerla más tiempo.

No después de la mirada que la chica le ofreció.

Brooklyn sabía que todo alrededor de su vecino era muy extraño. No podía dejar de percibir esa peligrosa sensación cada que estaba cerca de él.

Era pesada, caliente y magnética.

No habían palabras decentes para describir su terrible necesidad por estar cerca, por volver a sentirlo.

Podía recordar sus firmes brazos alrededor de su cintura, sosteniendola para que no cayera y el delicioso olor de su perfume, abrumando por completo el resto de sus sentidos. Su piel se erizó. Sintió cosquillas.

El ascensor pareció demasiado pequeño y caluroso una vez que lo abordaron.

Su intención no había sido ofenderlo y mucho menos molestarlo aunque al final todo había salido mal, muy mal. Tendría que remediarlo si quería volver a sentir esa piel nívea contra la suya.

Estás completamente loca —se dijo mirando hacia el techo de su habitación en medio del insomnio.

Al menos no hiciste algo estúpido mientras estabas ebria... —rodó hacia un lado de la cama y contempló su mano sobre la almohada

¡Maldición! —ahogó un grito al recordar el poco contacto que tuvieron.

¿Quién era su invitado de todos modos?

[***]

Para la noche siguiente, Brooklyn intentó ignorar la comezón en su cerebro una vez que notó a YoonGi entrar al bar con esa chica recurrente.

No la odiaba, por supuesto que no, sólo estaba algo ¿celosa?...

Bien, era sencillo aceptarlo. Si no fuera tan jodidamente tímida podría tenerlo en su cama como seguramente aquella chica y así, lograr eliminarlo de su mente.

Si, con otra noche bastaría...

Se quejó con frustración mientras acomodaba las botellas estratégicamente detrás de la barra.

— ¿Qué sucede? —preguntó Yugyeom acercándose a ella.

—Nada —se encogió de hombros e intentó disimular su sorpresa.

—Vamos, dime —insistió el chico haciendole cosquillas.

La castaña rió sin escapatoria, llamando la atención de todas las personas en el lugar. Enrojeció.

Dahyun se acercó muy seria:— Dejen de jugar y ayuden. Todos estamos muy ocupados de este lado —Yugyeom asintió totalmente avergonzado.

Brooklyn no supo si ese comentario fue porque la chica estaba a nada de ser la gerente o porque existía una emocionante historia romántica entre ella y su compañero. Le causaban mucha ternura, ya que era un secreto demasiado obvio.

Desvió la mirada de ellos para encontrarse con los orbes del chico pálido.

¿Por qué parecía tan molesto y por qué le importaba que lo estuviera?

[***]

Saliendo de su turno caminó con tranquilidad, hasta que llegó al dichoso estacionamiento. Los chicos sin falta estaban reunidos ahí. Celebraban, bebían; como de costumbre.

Por más que lo intentara, por más que se negara, no podía evitar buscarlo entre la multitud.

— ¿Por qué no entras, preciosa?

Un chico besaba a una chica, apoyado en la pared del edificio adyacente a la entrada. La chica la miró por sobre su hombro y la juzgó de pies a cabeza; pareció no agradarle, ya que bufó enseguida y se olvidó repentinamente del chico caminando hacia el interior con el resto de sus amigos.

Brooklyn retrocedió un paso, cuando el chico se despegó de la pared y bebió de una cerveza mientras sonreía en su dirección. Caminó lentamente hacia ella, encendiendo todas sus alarmas.

—Te he visto observar con curiosidad todas las noches —dijo el chico, con esa sonrisa engreída— ¿Por que no me dejas mostrarte lo que hay? Podrías divertirte mucho esta noche... ya sabes, conmigo.

—No, gracias... Es s-sólo que-...

¡Corre! —le gritó su subconsciente.

Antes de dar el primer paso, ese chico logró sujetarla del brazo y detenerla.

—Vamos, déjame guiarte —su tono era amable pero había demasiada fuerza en sus dedos.

—Ella te dijo que no.

Desde que escuchó su voz, Brooklyn supo que su vecino se había metido entre ambos y la había liberado del agarre de ese otro chico. Fue un movimiento brusco y lo había empujado para alejarlo de ella.

—Vamos, Suga. No te metas.

Inmediatamente el chico se había molestado y había regresado el empujón. La espalda del pálido chocó contra ella y luego, regresó rápidamente a su adversario para darle un gran puñetazo.

La tensión que emergió, eliminó el frío del ambiente.

Se acercaron los amigos de ambos a la escena.

—Si la chica no quiere acercarse, no tienes porque obligarla —defendió el blanquecino.

Los ojos de la castaña estaban completamente abiertos con temor, sólo podía ver la espalda de su vecino y ligeramente, los ojos del otro chico llenos de cólera.

—Imbécil —se quejó al ver que su nariz sangraba. Se lanzó con un puñetazo sobre el pálido

Brooklyn jadeó cuando lograron atinarle. Sus amigos intervinieron para separarlos.

— ¡Deja de actuar delante de todos como si fueras un héroe! —se libró de los chicos que lo sostenían con molestia— ¡¿Por qué no te metes en tus propios asuntos, Suga?!

— ¡Ella es mi maldito asunto!

Todos lo contemplaron con asombro y lo dejaron libre por ello. La castaña ni siquiera pudo reaccionar, hasta que su vecino la tomó de la mano y la arrastró lejos de ahí.

Suga... ¿Ese era su nombre?

Dirty Laundry -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora