19- Triángulo

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Le pasé a Oliver un vaso luego de que con mucho esfuerzo logramos hacer vomitar a Gigi, que ya parecía en sus cabales luego de eso y de darle agua.

-Bien, los dejaré para que descansen- dijo Garret antes de sonreír un poco y encender al aire acondicionado.

-Gracias de nuevo por todo, Garret- dijo Oliver con aún un poco de pena.

-Ya te dije que no debes- contestó éste sonriente- Mara, aún debemos hablar- dijo por último antes de salir de la habitación.

-¿Hablar?- dijo Oliver entrecerrando los ojos, una vez que los pasos de Garret se escucharon lejanos- ¿Y de qué demonios van a hablar a éstas horas?-

-Pues de qué más, Henderson- dije arrojando los tacones a un lado con dos patadas, suspirando de alivio, nunca había aguantado tanto tiempo usándolas.

-¿Ese era el precio de que nos ayude? Mejor nos vamos, no debes pasar por eso, no lo vale- dijo poniéndose de pie e inclinándose para tomar a Gigi que estaba tirada sobre la cama.

-No, nada de eso, sólo va a contarme qué pasó desde que terminé definitivamente con él, nada más- dije tranquila- Tú duerme un poco, vendré enseguida- le sonreí antes de apagar la luz ya que tenía la lámpara de la mesita prendida y salí por la puerta.

Antes de tocar a la puerta de Garret, fui al baño para intentar sentirme un poco más fresca, y para mi sorpresa, había toda clase de toallitas húmedas, como si fuera un hotel de cinco estrellas, hasta había las desmaquillantes, y me sentí en la luna.

Una vez que me sentí mejor, fui hacia su puerta, que era la primera de todas en el pasillo, y mi corazón empezó a latir con fuerza, y no entendía muy bien por qué.

Toc, toc, toc.

-Pasa, Mara- dijo su tranquila voz.

Entré y lo vi sentado en un sofá, con un vaso de algo que puede ser ron o whisky cerca de la ventana, y como el vaso traía hielos lo llevaba alternativamente entre su mejilla lastimada a sus labios para beber un trago.

La habitación era tan lujosa como el resto del apartamento, pero lo que más destacaba era la cama king-size, era mucho más grande que la de Adam, justo en medio de la habitación, que tenía sus propias cortinas livianas, ya que las pesadas estaban en el ventanal gigantesco paralela a la puerta por la que entré.

-Bueno, no te quedes ahí, siéntate conmigo- dijo Garret con una sonrisa cansada apuntando al sofá frente a él-¿Quieres un trago o ya haz tenido suficiente por esta noche?- dijo burlón dándole vueltas a su bebida.

Me reí- Ni siquiera tomé lo suficiente como para sentirme mareada, mis amigos dicen que tengo estómago de acero, se necesita mucho para emborracharme- me encogí de hombros.

-Una habilidad que muchos envidian- se rió.

-Está bien Garret- dije perdiendo la sonrisa de repente y acomodándome mejor- ¿De qué se supone que debemos hablar? Me parece que dejé todo claro con él la última vez que lo vi- suspiré.

-Lo sé, en verdad no quiero volverte a hacer pasar por todo esto, es sólo que... él ha estado...- negó con la cabeza con incredulidad- Está peor que cuando murió Mako, jamás lo he visto así-

-¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Consolarlo? Así no es exactamente cómo funcionan las cosas una vez que terminas con alguien- me crucé de brazos.

-No estoy diciendo eso, en realidad, quiero advertirte- dijo totalmente serio antes de beberse un largo trago.

-¿De qué hablas?- tragué saliva.

Broken Sin / 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora