3- Tiburón en Traje

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-Soy Sandra, por cierto, Sandra Rivas- me extendió la mano para que la estrechara una vez en el ascensor.

-Gusto en conocerte Sandra- sonreí- ¿Hace cuánto trabajas aquí?- pregunté.

-Oh, hace ya un año creo, el tiempo pasa demasiado rápido y a la vez muy lento en ese aburrido recibidor- hizo una mueca a lo que yo reí- Las únicas veces que los días son interesantes es a la hora del almuerzo y la salida- volvió a reír.

-La paga ha de ser buena por eso te has quedado tanto tiempo- ladeé la cabeza.

Ella lo pensó unos instantes- Pues sí, no soportaría la actitud desdeñosa de la señora Sánchez por tanto tiempo de no ser así- dijo e hizo una mueca de asco.

-Parecía muy amable- dije mientras veía que estábamos a tres pisos al que debíamos ir.

-Sólo en apariencias, al menos la primera vez, una semana y ya verás como es en realidad- rodó los ojos- Mi único consejo es que si te topas con ella procura hablar muy poco, esa mujer puede sacarte hasta tus secretos más oscuros, y ni hablar de que ahora serás la asistente del señor Henderson, vas a manejar muchos secretos e información que ella está queriendo conseguir desde que la firma se instaló aquí- negó con la cabeza

-¿A qué te refieres?- enarqué las cejas.

-Verás- juntó las manos como tratando se explicarse mejor- Supongo que debo decírtelo yo antes de que alguien más lo haga, los malos chismes corren muy rápido y ninguno es acertado, creo que soy la única que sé la verdad; cuando la firma se instaló, los directivos fueron los primeros en llegar al país, todos londinenses, contrataron primero a los jefes de unidades y luego las solicitudes de socios llegaron como agua, una de ellas, era la señora Sánchez, estaba a punto de conseguirlo, pero fue relevada a jefe de personal al llegar el señor Henderson, él le quitó el puesto y desde entonces hace todo lo posible por hacer que lo despidan, siempre anda investigándolo, buscando cabos sueltos en todos sus casos y hasta de ser posible, jugarretas, cree firmemente que el señor Henderson gana todos sus caso de manera sucia, lo que sólo la hace quedar más mal cada vez- frunció los labios en desaprobación.

-¿Por qué? El señor Henderson no parece así- dije volviendo a pensar en las primeras impresiones que me dio, tanto en el ascensor como en la oficina.

-Por que no lo es, por algo le dicen, el Tiburón en Traje, es estupendo en la corte, desde que se recibió de abogado no ha perdido un sólo caso, y todos los directivos están impresionados con su trabajo, nunca ha habido nada sucio respecto a su nombre, su padre también perteneció a la firma, y salió limpiamente como uno de los mejores socios, y en verdad es todo lo que sé, y eso se debe a que la señora Sánchez me mandó a investigarlo desde que puse un pie en este lugar, también soy su secretaria, y debería haberme guardado lo que te dije, pero esa mujer me tiene hasta los pelos- de repente su cara se volvió furiosa- Alguien debe ponerle un alto por como trata a sus empleados, yo habría renunciado al poco tiempo de llegar aquí, pero la paga es demasiado buena, y tengo un hijo que mantener- agregó algo apenada, ya sin rastro de su repentino enojo.

-¿Enserio? ¡Eso es genial!- dije justo al instante en que las puertas se abrieron, el rostro de Sandra se iluminó ante mi comentario y me abrió la puerta de cristal para poder entrar al recibidor, ya no había ningún aspirante, todo estaba callado excepto por una leve música de Jazz que no había oído antes-¿Cómo se llama?-

-Edgar, como mi padre- sacó su celular y buscó un poco antes de mostrarme una foto- Es la luz de mi vida- se rió risueña.

La foto era de un bebé de poco más de un año, sonriente agarrando un peluche de bob esponja, por primera vez no tenía que mentir cuando me mostraron la foto de un bebé, este era realmente bonito, igual que Sandra pero versión varón- Está divino, se parece mucho a ti- sonreí.

Broken Sin / 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora