34. Inseguridad.

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Murderers... Muchas veces logras ser cegado por el orgullo, sin tener en cuenta de que puedes llegar a perderlo todo, por esa causa....

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Una nota escrita en sangre posaba sobre el escritorio de Li Lou. "Yo soy tu venganza" era lo único que decía aquel papel que ahora aparecía todos los días desde hace una semana.

Nada de eso podía intimidarla, al contrario, cada vez que veía esa nota, reía con un poco de rabia en su tono. Tan cobarde era el sujeto que simplemente le dejaba notas de sangre sin ningún rastro de su presencia.

—Debo admitir que eres algo inteligente para no ser visto por las cámaras —arrugó la pequeña nota y la tiró al basurero—, pero tendrás que hacer un mejor esfuerzo si quieres asustarme.

Li Lou se quedó mirando el basurero, hasta que su teléfono sonó y la saco de sus pensamientos. Era el director.

—Hola abuelo

—Li Lou, hay una emergencia, ven de inmediato al consejo —al otro lado de la línea, el director parecía emocionado y preocupado al mismo tiempo.

Al colgar, rápidamente Li Lou se puso el traje y se dispuso a salir. Aseguró la puerta de su habitación y caminó calmada por el largo pasillo lleno de puertas que indicaban la entrada a un sin número de habitaciones.

Aunque el abuelo le indico que fuera de manera veloz, quería tomarse el tiempo para relajarse y empezar de manera correcta el día.

—¡Li Lou! —gritó alguien a sus espaldas, acercándose.

La nombrada volteó en dirección a la persona que la llamaba. Sonrió.

—¡Hola Joon Hee! —saludó animada— ¿Qué te trae por aquí?

—Pasaba para ver como estabas, estaba probando algunas cosas que inventé con Chark ¿A dónde vas? —preguntó curioso.

—Voy a saludar a mi abuelo, quice sacar algo de tiempo para ello.

—Que bien —sonrió

La chica le devolvió el gesto, pero no pudo evitar posar su mirada en una pequeña cortada que Joon tenía en su muñeca. Una pequeña gota de sangre recorría un camino en dirección a su palma hasta caer en el suelo, salpicando a su alrededor.

—Pero... —arqueó una ceja— ¿Qué te paso en la muñeca?

Él, direccionó su mano contraria y se tapó la muñeca que sangraba. Después miró a Li Lou y le ofreció una cálida sonrisa cerrando sus ojos por el mismo gestó.

—Es de lo que quería hablarte. Te dije que estaba probando cosas con Chark. Hicimos una pequeña ballesta de bolsillo ¿Y que crees? —río— por error la disparo y esta rozó con mi muñeca, provocando lo que ves —levantó su brazo y señalo la herida.

—Que mal. Deberías ir a sanación.

—No es nada. Vine para decirte que aún está en pruebas, pero que lograre terminarla para hoy ¿Irás a verla?

—Cuenta con ello, pero debo irme ahora ya que me están esperando —Li Lou procedió a seguir su camino, pero recordó algo—. Por cierto Joon —cuando el chico le prestó atención, ella prosiguió—, quiero que revises las cámaras de seguridad y hagas su sistema más efectivo.

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