1. Muerte.

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Corea Del Sur — 2007.

Los últimos informes dados por el gobierno nacional, muestran un gran avance en la disminución en los índices de criminalidad, desde que la escuela de Asesinos "Blood Shield", fuera fundada con el fin de contrarrestar los asesinatos masivos en el país, por el actual presidente Park Won Su, en el año 2004. Por otro lado, aunque los resultados superaron las expectativas, el gobierno aún se encuentra dividido entre mantener la escuela o, disolver dicho grupo, creado por jóvenes que no pasan los 30 años de edad. Según aquellos que rechazan esto, dicen que está será la caída de Corea del Sur, donde jóvenes aprenden a manejar armas sin ningún tipo de restricción. El presidente hablo sobre ello en la sala de prensa...

— Desde que la nación logró liberarse de la opresión del Norte, hemos sido víctimas de nuestra propia gente. Nuestras familias, están siendo atacadas por un enorme número de criminales sueltos en las calles. Tan solo hace tres años, no podíamos salir de nuestras casas sin llevar la zozobra de poder regresar a salvó. Las mejorías que hemos tenido no se puede comparar a lo que vivíamos en aquellos años oscuros. Ahora más que nunca veo una luz, en medio de la penumbra — El presidente tomó una pausa antes de continuar —. La muerte de un inocente, se paga con muerte. Las violaciones, maltrato, esclavización, denigración a la integridad de una persona, se deben pagar con la muerte. Y estoy más que seguro que mis alumnos, conocen la diferencia entre el bien y el mal. Gracias a ellos, sus hijos pueden volver a jugar en los parques, los jóvenes pueden salir un viernes por la noche y las familias, disfrutar de un almuerzo después de ir a la iglesia, el día domingo. Ellos, le devolvieron la esperanza a todos aquellos que cargaban con una cruz más pesada de lo que sus vidas pueden soportar. Se unieron para hacer el peso más liviano y traer la paz. Le dieron la oportunidad para que sus hijos crezcan sanos y protegidos — miró a todos los presentes —.Veremos al final de este camino, cuál asesino merece una medalla de honor. Muchas gracias. — hizó una reverencia.

Actualmente, se sigue esperando que decisión tomará el gobierno al respecto. Por ahora...

La señal del televisor se convirtió en pantalla negra, indicando que había sido apagado.

— ¡Papá! ¿Por qué lo apagas? — reprochó una pequeña niña frente a la pantalla.

— Suficiente por hoy, es hora de dormir — respondió el padre, con dulzura —. Mañana tienes clase de meditación.

— No es justo — se quejo entre dientes —, es muy temprano.

El hombre se acerca a ella, levantándola con ambos brazos, soltando una risita.

— Hagamos un trato — una vez que su hija prestó atención, continúo —. Te contaré dos cuentos, si vamos a la cama ahora.

Los ojos de la niña se iluminaron, llenos de emoción. Sacudió la cabeza muy rápido, diciendo que si. Su padre sonrió complacido, dirigiéndose con ella a la habitación.

Era una tradición en el hogar, leer a los pequeños un cuento antes de dormir. Cuentos que nadie querría leer a sus hijos, pero era un deber para el padre hacerlo. Narrar asesinatos, muertes y héroes dando su vida para salvar a la humanidad, era su deber contarlo.

No era de su agrado dañarle la hermosa inocencia de su hija. Pero debía hacerlo, si quería que sobreviviera cuando creciera. Por otro lado, la niña se había acostumbrado a ellos y le encantaba oírlos todas las noches sin falta. A diferencia de otros niños, ella divagaba entre las letras contadas, dejando volar su imaginación con las escenas de terror y la salvación de los inocentes. Claro, dejándolo solo en el mundo de ficción.

— Quiero disparar como Chan Yong- onni ¿Cuándo me enseñarás? — dijo la pequeña mientras se metía entre las cobijas.

— Cuando sea el momento indicado — respondió el padre cerrando el libro de cuentos —, por ahora, rescata al mundo, en tus sueños — sonrió dándole un beso en la frente —. Papá te ama.

MurderersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora