20. Palabras.

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Murderers... Park Won Su había liderado la protesta y rebelión hacia el Norte, lo que lo convirtió en el héroe de la nación, que aparentemente se había corrompido cuando se unió al gobierno débil de Corea del Sur. Sin embargo, nada resultó tan catastrófico como el pueblo pensó, ya que después de un año de posicionamiento como presidente, fundó la escuela Blood Shield, protegiendo al país del caos; trayendo libertad...

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Toda la mañana, Yoongi se dedicó a evaluar el rendimiento del equipo. De esa forma, lograba ver las falencias a mejorar que cada uno tenía.

Cerca del medio día, el cansancio se hizo notorio en los nuevos integrantes, mostrándose más desanimados frente a las actividades físicas a evaluar.

—Bueno —dijo el líder llamando la atención de todos—. Creo que es suficiente por hoy. Si quieren, entrenen por su cuenta.

Nana, Joon Hee y Mai Li suspiraron de alivio.

—Nada de eso —habló Li Lou—. Tomemos el almuerzo juntos —propuso animada.

—¿Nos dejarán entrar al módulo de hombres? —preguntó Mai Li.

—No, pero podemos tomar las bandejas de almuerzo y comer en el jardín.

—Es una gran idea —apoyó Nana casi dando brinquitos.

Así quedaron. Después de darse una ducha para relajar el cuerpo después del entrenamiento, cada uno tomo la bandeja del almuerzo de su respectiva cafetería y salieron al jardín, donde se encontrarían.

Yoongi trataba de acostumbrarse un poco a los demás. Durante todo el almuerzo se dedicó a observar a Li Lou, que sonreía maravillosa mientras conversaba con todos.

Le sorprendía lo sociable que podía ser y también la manera cálida con la que trataba a todos, y se preguntó ¿Por qué ella no era así con él? Claro, él no sabía que Li Lou no podía ser así con él por el comportamiento que tuvo hacia ella desde que llegó y por lo que sentía ahora. Ese fue su error.

La forma en la que reía frente a las acciones de Nana, que se aferraba a Yong Suk como garrapata, la hacia ver muy atractiva.

—Parece que disfrutas mucho la vista —interrumpió en sus pensamientos Joon Hee—. Estás igual que yo, solo que yo miro a Mai Li.

—Tenías que arruinarlo —Yoongi volteó el rostro mirando a otro lado.

—Parecía que no iban a llevarse bien, pero míralas, hablan de todo y nada a la vez —rió bajo.

—Así son las mujeres. Ropa, zapatos, idols; si tienen un tema en común hablarán de ello.

—Pero ellas no se odian —se metió Yong Suk.

—¿Cómo estás tan seguro? —cuestionó Joon Hee— ¿Sabes sobre chicas?

—No se nada sobre eso, pero conozco a Li Lou. Cuando odia a alguien, lo hace pedazos y con Mai Li es muy agradable —respondé Suk.

—Yo creo ser victima de ese odio —susurró Yoongi.

—Y al parecer no puedes quitarle el ojo de encima —se rió el chico, molestando al líder—. No te preocupes, si es sobre mi hermana, haré lo que pueda.

—¿A qué te refieres? —levantó una ceja el peli negro.

—Solo espera y verás —le guiñó Suk en respuesta.

Yoongi no entendió a qué se refería Yong Suk con su "haré lo que pueda", pero no sé mataría la cabeza en descifrarlo.

Después del almuerzo, las chicas acordaron en salir al centro comercial el domingo. Nana había insistido tanto, que las otras dos no se pudieron negar ante su súplica con aquella cara tierna, muy parecida a la del gato con botas. Dándose una mirada resignada, aceptaron la salida.

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