35. Miedo.

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Murderers... Aquel que busca la venganza, busca su propia destrucción... 

 ♔ 

Las luces de toda la escuela se apagaron, dando paso a que los bombillos color rojizo se activaran iluminando el lugar  que se opacaban al ritmo de las señales de alarma. 

El equipo se vio obligado a suspender el entrenamiento para prestar suma atención a lo que sucedía. De manera rápido, Yong Suk tecleó en su teléfono, mirando a todos segundos después. 

 —La alarma se activó desde la oficina del director... 

Tan pronto como el chico informó aquello, Li Lou no lo pensó dos veces para salir corriendo, activando su trimantra. El abuelo pasaba el noventa por ciento de su tiempo en la oficina, por lo que pensar que le había pasado algo, le lleno de miedo. 

Dejando a sus compañeros atrás, la chica derribó la puerta de la oficina, pero solo encontró un lugar desordenado. No había rastro del invasor y mucho menos de su abuelo. Miró por un par de segundos su entorno y tomó el teléfono. 

 —Suk, no está el abuelo —dijo tratando de calmar su preocupación—. Activa ahora mismo el aislamiento. 

No te preocupes que el abuelo esta fuera de Blood Shield

 Li Lou respiró aliviada al saber que el viejo estaba a salvo. 

 —¿Por qué no me lo dijiste? 

Saliste corriendo como una loca antes de que yo terminara ¿Qué podía hacer? Supuse que pedirías entrar en aislamiento, así que me adelante y lo hice.

La zona de aislamiento se activaba cuando había una invasión, en aquel estado, las probabilidades de salir o entrar a Blood Shield eran nulas, lo que permitía a los estudiantes actuar de manera más rápida y eficaz. La rubia no percató aquella activación debido al miedo que sintió. 

No es sólo uno, es todo un grupo. Están en el tercer piso

—Está bien, iré en seguida. 

Colgando el teléfono, Li Lou se apresuró a alcanzar a sus amigos. Mientras ella llegaba, los demás miembros del equipo llegaron a la zona donde se suponía que estaban los soldados de Tairen. Al llegar vieron como de un grupo grande de estudiantes que luchaban con los enmascarados, quedaban solo diez de ellos. 

El piso estaba lleno de sangre y lastimosamente, muy pocos de sus compañeros seguían con vida. No había forma de que ellos pudieran con oponentes que le superaban en fuerza, nadie más que los lobos sabían del trimantra.Nana se llevó las manos al rostro, porque no quería que la vieran llorar como Magdalena al ver a varios de sus viejos amigos y su compañera del anterior equipo, sin vida. Los demás no pudieron darse el lujo de llorar, debido a que los sodados decidieron huir al verlos llegar. 

El equipo se apresuró a alcanzarlos, pero se quedaron congelados al escuchar por las bocinas, que se estaba desactivando el aislamiento. 

—Pensé que saldríamos de aislamiento cuando Li Lou diera la orden —reclamó Mai Li. 

—Así fue —respondió Yong Suk desconcertado—. Yo no lo desactive. 

Todo se estaba volviendo extraño. Cada vez más sucesos que no habían ocurrido en la escuela, se volvían frecuentes. Les costaría un poco encontrar la explicación a todo eso. 

—No hay tiempo para eso —llegó Li Lou hasta ellos y los sacó de su trance—. Están escapando.

Todos volvieron en sí, corriendo en la dirección que tomaron los soldados para escapar. Li Lou no les siguió en ritmo, ya que vio a Nana en la misma posición, sin dejar de llorar. La rubia sujeto a su amiga por las muñecas, despejándole en rostro. 

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