31. ¡Fuera!

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Murderers... Muchas veces, la mente termina ganándole al corazón y es ahí, donde lo logras contener tus palabras...

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Li Lou se quedó allí en el pasillo, pensando que podría causarle tanto enojo a Yoongi. Llegó a concluir que todo se debía a que lo uso como medio para conseguir lo que quería, pero esperaba que no fuera así.

Cuando estuvo dispuesta a irse, su teléfono sonó, haciéndola detenerse.

—¿Hola? —habló con desgano.

—¿Dónde estás? ¿Por qué tú y Yoongi tardan tanto? —Yong Suk habló por la línea, un poco preocupado— Traté de llamarlo a él pero no contesta, tiene el celular apagado.

—Supongo que estará por allá pronto, no te preocupes.

—¿Estás bien? Tu voz suena rara.

—No, no pasa nada.

Esta bien. Entonces aquí los esperamos.

Luego de colgar, Li Lou continuó en su actividad interrumpida. No pudo decirle a su hermano lo que había sucedido, porque ella sabía que todos escondían la cola entre las piernas, cuando se hablaba de un asunto del conejo. Li Lou no le temía a nada, si de hablar de frente se trataba.

Además, los del consejo cometían un grave error al tratar de tapar un problema, creando uno nuevo. Colocar otro presidente con Tairen suelto, sería como arrojar un trozo de carne a un tigre hambriento.

Dio un par de vueltas antes de volver a la sala de juntas, donde Yoongi ya había llegado y el equipo estaba enterado de lo que sucedió.

—El rehén ya despertó, podemos empezar el interrogatorio cuando... —Suk dejo de hablar, al ver entrar a Li Lou.

Nadie le dijo nada, todos se quedaron observándola por un segundo, excepto Yoongi, que seguía metido en su trabajo, viendo la computadora con los ojos más fríos que había puesto alguna vez. Ella sintió un vacío en el estómago, al verlo. Solo unos segundos después de que Li Lou tomara asiento, cada uno siguió sus actividades.

La mayoría del tiempo, Yoongi se comportaba de manera estúpida con todo el mundo, pero con ella, solo era de vez en cuando. Y Li Lou lo odiaba, realmente era frustrante cuando todo su odio caía sobre ella. Pero no diría nada, ya que esta vez si tenía un motivo.

El ambiente de la sala de juntas era tensionante, y todo se encerraba en Li Lou, nadie era capaz de decirle algo por miedo a su reacción, en ese momento estaba como un bomba a punto de estallar. Sin embargo, todo ese silencio incomodo fue interrumpido por el escandaloso tono que tenia Yoongi, en su teléfono.

—Habla Yoongi —contestó en tono helante.

El concejo quiere verte —dijo la secretaria del director, al otro lado de la línea.

El chico levantó la mirada y posó sus ojos felinos en Li Lou, quien alzó la vista al sentirse observada

—Iré enseguida —el chico no le apartó la vista ni un segundo.

La expresión del líder se volvió aún más indiferente, luego de recibir aquella llamada. Frunciendo el ceño y suspirando, se levantó de su asiento y se dirigió a la salida. Después de decir que volvía enseguida, dio un portazo que retumbó en toda la sala.

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