22. Confesiones.

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Murderers... La familia. Ese es el concepto más importante que le ponen al ser humano, para crecer bajo una sociedad donde tenga confianza y unión. Sin embargo ¿Que se puede hacer cuando ese concepto primordial se es arrebató? La respuesta ya la saben todos los Murderers...

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Yoongi levantó una ceja confundido ante la actitud y petición de Li Lou. Tal vez sentía un poco de nervios, algo así como punzadas en las entrañas, que le hacían sentirse extraño. Aún no se acostumbraba esta clase de nuevos... Sentimientos.

—Bueno, está bien ¿De que hay que hablar? —se cruzó de brazos el chico, mirándola fija.

—Es...esto, es so...sobre al...go.

"¡Maldita sea! Deja de tartamudear" Se gritó de manera interna la rubia. Quería morderse la lengua a ver si lograba hablar en forma y no dar señales de que estaba nerviosa.

—Así que estás nerviosa de nuevo, debe ser importante entonces —escarnio Yoongi.

—Pues si, más o menos —respondió rápido la chica, tratando de no tartamudear.

—A ver, te escucho.

La rubia suspiró de manera cansada, yendo al sofá para sentarse. Yoongi la siguió y guardo silencio aguardando. Paso un buen tiempo antes de que Li Lou pudiera siquiera pronunciar una  palabra.

Carraspeó la garganta.

—Lo siento —habló al fin—, mi comportamiento últimamente no ha sido el mejor...

Yoongi se sorprendió por la repentina disculpa y se dispuso a hablar.

—No, eso no tienes porque...

—Déjame terminar, Yoongi —le interrumpió ella—. Es importante decirlo.

Li Lou tomó una gran bocanada de aire para continuar de manera corrida, antes de que si lengua la traicionada de nuevo. Si no lo hacia ahora, llegaría el tiempo a cobrárselas después. El estomago se le revolcaba, sintiendo un gran nudo en la garganta que no quería dejarla hablar con esa seguridad que solía tener 24/7.

—Nunca antes había sentido algo diferente, ya sabes, como esos jóvenes que abundan haya afuera —miró hacia la ventana—. Solo que es diferente para nosotros, no es fácil entender lo que sucederá si cedemos un poco... —suspiró— Tampoco quiero entenderlo, dicen que es mejor así: solo síguelo y ya esta ¡Odio esto, en serio! Pero es mejor decirlo ¿No?  No...no soy buena pa...para las confesiones ¿Ok? —lo señaló, como si estuviera a punto de lanzar una amenaza— ¡Tu..tu...tú me gu...gu...gustas!

Yoongi se quedó frío, totalmente sorprendido por esa confesión que en definitiva no se la esperaba. Al menos no por el lado de ella. Vio a Li Lou tornarse roja como la sangre y lo vio, con mucha vergüenza. 

Le cautivo la forma en como pronuncio cada palabra, entre tartamudeos. Era divertido hasta cierto punto. La chica había actuado como un pequeño conejito indefenso que buscaba ayuda ante un peligro inminente.

Muy rápido, ella se llevó las manos a la cara, cubriéndose por la vergüenza que le dio todo eso.

El chico se sintió feliz, como no recordaba estarlo alguna vez. Era de las pocas veces que se sentía cómodo con un sentimiento nuevo. Algo fresco le recorrió el cuerpo y tomó el impulso para sujetar las muñecas de Li Lou, para despejarle el rostro.

Sus miradas se encontraron de nuevo, y no necesitaron más palabras para entender lo que se venía ahora. Yoongi la atrajo hacia él, rodeándola con los brazos y apoyándole la cabeza en su pecho.

MurderersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora