23. El dolor te hace mas fuerte.

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Murderers... Cuan engañosas son las apariencias. Mas peligroso es, confiar de manera ciega en una de ellas. No hay manera de saber, si se puso la confianza en veneno...

~♔~

Mai Li no quitaba el ojo del lente. Su mira estaba puesta en una camioneta que se había parqueado frente al banco.

¿Puedo disparar? —pidió la castaña.

—No, podrían escapar —respondió el líder.

La chica chasqueo al no poder disparar, cuando tenía todas las ansias de hacerlo y bajar algunas cabezas que no le hacen falta al mundo. Pero órdenes, son órdenes.

Son diez —avisa Suk.

—¿Tienes la bomba de humo lista, Mai Li? Preguntó Yoongi.

Así es —respondió está.

—Perfecto. Alisten sus máscaras —ordenó a los demás.

Poniéndose sus máscaras para no desmallarse con el humo, esperaron la intromisión de los maleantes. Su intención al llenar el banco de humo, era facilita la derrota de los mismos y así, poder ir por el personal corrupto del lugar.

Chicos, creo que tenemos un ligero problema —dijo con duda Yong Suk, revisando las cámaras del banco.

—¿Problemas? ¿Cuáles problemas? —preguntó Li Lou.

Tienen rehenes. Los llevaron a la segunda planta mientras ustedes esperaban.

—Miserables.

Con civiles en el banco, tendrían que tener mucho más cuidado al momento de atacar. Pero no tuvieron ni un minuto para pensarlo, ya que el banco fue invadido, por soldados de Tairen.

—Sera sencillo, no son usuarios de trimantra —habló Li Lou.

—Mai Li, hazlo ahora —ordenó el líder.

Obedeciendo, la castaña disparo hacia los ventanales del banco, rompiendo en pequeñas piezas, el cristal. La bomba de humo lleno todo el banco, imposibilitado a los soldados que no podían ver ni dónde estaban parados.

—Nana, tu ve al segundo piso y protege a los civiles.

—Esta bien, líder.

La chica subió las escaleras a toda velocidad, encontrando a muchas personas que se refugiaban en un rincón, muy asustadas. Se acercó a ellos y les sonrió con amabilidad.

En la parte baja, los maleantes eran derrotados sin siquiera saber quién fue el causante de su muerte. No podían ni defenderse, ya que el humo, estaba por la única zona destapada que tenían, en sus cascos.

—Ya acabe con mis dos —dice tristemente, Li Lou.

—Digo lo mismo —Joon Hee sopló el cañón de su arma.

Mai Li entró en el banco y de solo dos disparos acabó con los dos hombres que les tocaba. Torció la boca al ver que no le costó nada.

Les doy los míos, estoy ocupada con los civiles —comentó Nana.

Ya ni te esfuerces Nana, todo está bien —respondió Suk burlón.

—¿En serio? —preguntó sorprendida— ¡Wuaaa! ¿escucharon eso amigos? Todo está bien —sonrío a las personas horrorizadas, que temblaban en la esquina.

Aquellas palabras por parte de Nana, hicieron soltar un par de suspiros por allí y por acá. Hasta que un hombre, abrió mucho los ojos.

—Niña, de... ¡detrás de ti! —señaló a las espaldas de Nana.

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