Capítulo 5

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La mañana comenzó con la molesta alarma sonando, interrumpiendo mi anhelo de dormir un poco más. Mis ojos aún pesados, apenas lograba distinguir el botón del despertador entre la neblina de la mañana. Finalmente, logré desactivarla, pero apenas lo hice, escuché que alguien abría la puerta de mi habitación.

—Despierta, dormilona, tienes que ir a trabajar, y yo también —dijo Chris entrando con un desayuno improvisado. —Traje un jugo de naranja exprimido, café, aspirinas y unas ricas medialunas calentitas recién hechas. Levanta ese sensual y hermoso trasero de la cama, mételo en la ducha, ponte algo provocador y prepárate para enfrentarte al idiota del que estás enamorada".

—No quiero —protesté tapándome con las sábanas y haciendo pucheros.

—Oh, sí que lo harás, sino te llevo yo mismo a darte un baño de agua fría, y eso es mucho peor —advirtió Chris.

—De acuerdo, de acuerdo —cedí, saliendo de la cama. Tomé una ducha rápida y regresé a la habitación envuelta en una toalla para disfrutar del café que Chris había preparado. —¿Cómo llegué a mi cama si anoche nos dormimos en el sillon?

—Me desperté en un momento de la madrugada y te traje aquí. Con todo lo que pasó anoche quería que al menos descansaras un poco. ¿Cómo estás?

—Mejor, pero no quiero ir a trabajar hoy, podría ser infantil, pero no tengo el ánimo para aguantar las cosas.

—Lo se, asi que lo ideal es que vayas, pero sugiero este fabuloso conjunto que lo dejará boquiabierto —Chris me muestra un traje que tenia en color rojo con una blusa negra de encaje y unos tacones en negro, debo admitir que si seria lindo llegar con eso.

—¿Para qué? —respondo —Él ya tiene a la rubia oxigenada para estar embobado, dije con molestia.

—Me caías mejor cuando tenías autoestima y querías hacerle la vida imposible a Aaron —bromeó Chris. —Qué más da la rubia. Con este traje y los tacones negros en tu hermoso cuerpo, lo volverás loco al instante y se olvidará de la rubia oxigenada.

—No quiero ir Chris. él va a estar presumiendo de que se acostó con ella y no quiero fingir que no los vi y que no me afecta —lamenté.

—Si él hace eso, refriégale que nos acostamos y listo. No sería nada del otro mundo —sugirió Chris.

—Pero no lo hicimos —murmuré.

—Ese es el punto, Scar. Él no lo sabe y se vuelve loco cuando se entera—concluyó Chris antes de salir de la habitación.

Llegué a la oficina con el conjunto sugerido por Chris, y aunque traté de mantener buen ánimo, la presencia de Aaron no ayudaba. Al entrar, él ya se encontraba en la sala con Melanie y otro colega más teniendo una charla, pero cuando llegué, todos se quedaron callados, incluido él, que no paraba de mirarme.

—Buenos días—saludé a todos con una sonrisa un poco fingida.

—Buenos días, señorita McGregor—mencionó Melanie mientras entregaba unos documentos al otro muchacho y se retiraban, siguiendo con su conversación.

Me acerqué a donde estaba Sarah para saludarla y preguntarle si tenía algún mensaje o llamada en el día de hoy, cuando Aaron se me acercó para hablar.

—Buenos días, Scar, parece que tienes un buen día hoy —saludó Aaron con una sonrisa casual mientras entregaba algunos documentos a Sarah, quien se retiraba de la sala.

—Buenos días, Aaron —respondí con un tono neutral. —Así es. ¿Cómo estuvo tu tarde ayer? Me enteré de que te fuiste antes. Melanie me comentó que tenías algunas cosas que hacer.

Química ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora