𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

3. sexto sentido.

Al escuchar esta voz me di vuelta para encontrarme con el mismísimo Mattheo Riddle, sonreí intentando contenerme y me levanté dándole una mirada de cabeza a pies. Quería fastidiarlo solo por todo lo que había hecho así que puse los ojos en blanco y pase por su lado. También estaba demasiado cansada aún para tener que lidiar con alguien como el.

—¡Hey, te hice una puta pregunta!— gruño atrás de mi, al sentir esto aceleré el paso, lo cual fue más estúpido ya que corrió a mi encuentro y no dudó en jalar mi cabello haciéndome frenar.

—voy a gritar.— advertí siendo jalada por el, Mattheo me metió a un aula ignorando todo.

—¿Lo harás?— pregunto con una sonrisa traviesa, solo asentí.— Muffliato.

—¡AYUDAAAA!— grite a todo pulmón.

—colloportus.— sonrió con aires de superioridad antes de acercarse a mi.— ahora me vas a responder, ¿Por que no estabas donde te deje?— se acercó a mí con pasos firmes.— no me gustan las chicas que de portan mal.— puso sus dos brazos a mis costados evitando que escapara. Me encantaría decir que tuve más valentía pero con lo que había pasado en el bosque esto era mentira.—...o bueno, me gusta mucho castigarlas.

—¿Que quieres de mí, Riddle?— murmuré cansada, al acercarse me vi obligada a poner mis manos en su pecho con un intento de alejarlo.— quítate.

Rápidamente tomo mis dos manos y las dejo sobre mi cabeza afirmando estás con solo una de sus grandes manos.

—no lo sé... Tal vez solo quiero molestarte un rato, quizás hacerte la vida imposible o follarte duro solo para mostrarte lo que es bueno.— mire sus ojos asombrada.— o simplemente pasar el rato...

—solo déjame en paz.— ordene en un suspiro, quité mis manos bruscamente de las suyas y arregle mi uniforme pero una vez más presionó todo su cuerpo contra mi.— quítate.— ordene entre dientes, el se comenzó a acercar y tuve que girar mi rostro para impedir que sus labios rozaran los míos...

Aunque en el fondo de mí sabía que me mentía a mi misma, Mattheo era increíblemente guapo, yo creo que me gustaría besarlo porque sus labios se veían muy suaves y apetito-

¿Que carajos estaba diciendo? No, no me gusta y es horrible, hasta una horrible persona.

—vamos Amelie, no te hagas la mosquita muerta. Dicen que las más difíciles son las que más gozan de mi y de lo que se hacer... Se que te gustaría probarme.— volví abruptamente a la realidad, Mattheo era un idiota y solo jugaba conmigo porque era alguien que podía satisfacer sus necesidades, nada más.

—¿Como lo sabes?— gire mi rostro para mirarlo y me acerque a su rostro, mis manos comenzaron a dar caricias a su pecho intentando seducirlo lo que parecía funcionar.— ¿Acaso lees mi mente?— pregunté sintiendo la respiración de el agitarse, le di una sonrisa antes de subir mi rodilla a su entrepierna la cual estaba dura.

—puede ser...— sonrió a la par mío. Mi rodilla acariciaba su bulto que desprendía calor.

—la verdad si me gustaría, pero dime, Riddle, ¿Eres duro en la cama?— pregunté tomando su corbata de forma juguetona.— porqué si te soy sincera me encantan los hombres duros en la cama, que duren horas... Tu sabes.

—lo sabía, yo sé todo... Es como mi sexto sentido bonita. Sabía que eras una zorrita igual que todas.— idiota. Baje mi pierna y la subí de forma rápida y firme para darle un buen golpe en la entrepierna.

—¡Ups!— cubrí mi boca viéndolo caer al suelo afirmando sus partes.— ¿Tu sexto sentido te aviso de eso?— y antes de que se levantará fui a por su varita para abrir la puerta y salir rápidamente antes de que hiciera algo.