𝐌𝐢𝐚 𝐎 𝐃𝐞 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞- 𝐌𝐚𝐭𝐭𝐡𝐞𝐨 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 [+18] «En Edición»

73. dulce navidad.

—¿Ya puedo mirar?— pregunto ansioso de ver cómo lucía, Amelie bufó, ya que le había preguntado lo mismo las últimas siete veces.— está bien, lo siento.

—de hecho... Ya estoy.— salió del baño y lo miro observando como le brillaban los ojos.

—wow...— se levantó acercándose y acaricio su hombro desnudo sonriendo.— me trague el chicle.

—gracias por el vestido, me gustó mucho.— Mattheo asintió y beso su mano.

—te amo tanto... Y luces irreal.

—muchas gracias.

—a ti. Amelie... Tu madre ya llegó.

—uff...— se tenso ligeramente alzando sus hombros.— estoy algo nerviosa.

—tranquila, si después no deseas hablar más me buscas y yo voy a intervenir. Solo quiero que disfrutes la cena, todos nos esforzamos en que saliera todo bien y rico.— arreglo su cabello y beso su frente.— todo saldrá bien.

—esta bien.— se puso su abrigo y ayudó a Mattheo con el suyo para abrazarlo. Mattheo había preparado carne al horno, ya que a Amelie no le gustaba el pavo, en cambio Amelie preparo un risotto cuatro quesos únicamente porque era el favorito de ella.

No demoraron en llegar a la segunda cabaña más allá de la de Pansy, y Amelie observo la puerta con algo de temor. Mattheo por su parte acaricio su espalda baja con suavidad, dándole su tiempo.

—estoy acá, y no dejaré de estarlo.

—lo sé...

—cuando estés lista.— susurró sin apuro, apoyando su cabeza en su hombro demostrando que podía esperar hasta congelarse con la paciencia que había creado especialmente para ella.

—me gusta que estés a mi lado, me siento segura.

—me gusta darte seguridad. También quería decirte que... Está navidad es la primera que voy a celebrar después de años. Es distinta, y me alegra mucho que sea contigo y nuestros amigos que ya son familia... Estoy feliz.

—eso me alegra, es el mejor regalo que puedo tener, amor mío. Tu felicidad significa mucho para mí.

—la tuya también para mí.— beso su frente y ella asintió.

—esta bien, estoy lista.

—adelante.— la invitó a tocar y Amelie con nervios lo hizo. Draco fue quien abrió y no dudo en recibirlos con una sonrisa, una que le hizo saber a Amelie que Narcissa había llegado. Dejaron la comida sobre la mesa y Mattheo echo un vistazo confirmando que sus regalos para su novia, amigos y suegra estaban ahí.

Fue sorpresivo el que Narcissa saliera de la cocina con Astoria hablando sobre la cena, y fue notorio que las dos se impresionaron cuando se vieron. Las dos Malfoy tenían una expresión de terror, pero finalmente la mayor soltó todo el aire con alivio y dio zancadas hasta que sus brazos la encontraron y envolvieron en un abrazo asfixiante.

—oh hija...— sorbeteo su nariz sin poder soltarla, sin pensar siquiera en separarse un segundo.

—madre...— murmuró asombrada, no por la acción, sino que no había notado cuánto necesitaba ese abrazo hasta ahora. Narcissa se separó y tomó sus mejillas recordando cuando tan solo era una bebé con los mismo ojos asustadizos y brillantes.

—¿Estás bien, mi niña?— y de solo escuchar ese apodo que no lo había oído hace años las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

—les daremos espacio...— murmuró Mattheo yendo a ayudar a los demás con las cosas de la cena.